Del verde al amarillo
A las cosechadoras y tractores les gusta más el verde que el amarillo. Se ve de largo. Pitan más los «yondir» que los «niujolan», los «cubotas», «maseiférguson» o «croizfar» (todos marca extranjera, españoles ni uno; los últimos se fabricaron en los 90, y adiós a los Ebro, Barreiros o Lanz). Pero también hay unos cuantos tractores azules... y rojos, pocos. El verde es el que manda, quedó claro en las tractoradas que estos días inundaron carreteras y poblaciones. Verde que te quiero verde. El amarillo es para dar envidia. El rojo es por hacerse ver. Y el azul, por distinguirse. Pero dicta el verde. Y parece paradoja, pues verde es también la política agraria en la que se caga el labrantín clamando al cielo que no le oye y al legislador que no quiere oír. En eso verde sólo ve dictadura.
El tractor fue un invento inglés de 1806 y la americana John Deere fabricó su primero en 1837; en 1901 se patentó el primer tractor oruga y hasta 1912 no se vio tractor alguno en España cuando ya media Europa estaba mecanizada, atraso que se perpetuó unas cuantas décadas (en 1949 se censaban únicamente 6.000 tractores en toda España y sólo en los años 70-80 se llegó a los 500.000; el parque actual ronda el millón, pero más de 300.000 están inactivos).
¡Y cuánto cambió este vehículo agrícola en pocos años! ¿Quién iba a decirle a Onofre el de Ordás que hoy tendrían cabina insonorizada, climatizada y digitalizada, necesitando una escalera para subirse a ellos?... ¡Y los precios!: un tractor pequeño anda entre los 35.000 y los 55.000 euros y uno grande va de los 100.000 a los 200.000 sin contar aperos complementarios... y ponle 300.000 si es una cosechadora Claas.
Se dijo todo esto en el corrillo antes de la pregunta insidiosa: ¿no sale mejor a cuenta comprar ese tractor entre varios, optimizando así usos y aligerando costes?, ¿será quizá que sobra individualismo y falta cooperativismo?, ¿no fue esta razón por la que logró Huerga de Frailes ser en 1982 el pueblo con más maquinaria agraria de Europa, pero infrautilizada?... ¿y qué hacer con esos 300.000 «estabulizados» hoy?...