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CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO

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D esde que Peláez le abroncó hace seis meses por cobrarnos treinta euros por una visita corta, no habíamos vuelto a ver al Oráculo de Pedrún, pero viviendo él en puro campo, aunque de pensión funcionaria y no de aradas, creímos oportuno que vaticinara algo de las rebeliones agrarias que hoy sacuden a Europa y saber qué le dicen sus piedrecitas visionarias sobre el futuro de la agricultura, los agricultores, labradores, labrantines, ganaderos, pastores y toda la gente del agro. Diré que no miró muy bien a Peláez al abrir la puerta. A su afable saludo de ¡buenas tardes! contestó él en cazurrés, nosa llingua: ¡serán pa ti! ... pero adelantándose Otavito a la cobranza al mostrar los treinta euros, apaciguó el careto y hasta mostró hospitalidad, ¿queréis un chupito... de anís?... pues no.

Ya en la mesa, extendió el tapete apartando su transistor (¡le sigue funcionando un viejo Vanguard!) y sacó el cofrecito de cuero donde guarda sus piedras agoreras. ¿Así que os preguntáis por el futuro de estos campos?... pues allá van mis ojos de piedra; y arrojó los chinarros formando un pedregal que ya nos pareció bastante respuesta. Escudriñó. Leyó posturas. Y aventuró: La agricultura de hoy está concebida y legislada para empresas fuertes y vastas explotaciones. Vuestros campesinos no podrán frenar su empuje monopolizador con sólo unas hectáreas y encarar cada cual la compra de maquinaria más cara y sofisticada. En pocos años la despoblación les hará presa de los fondos de inversión que ya compran por toda España explotaciones concentrándolas; la tierra es buen refugio de capitales con mínimo riesgo y siempre se necesitará su producto y su fruto... o también valdrá para placas y molinos. Y cuando compren por aquí, vuestros paisanos -sin generación que les releve y acosado su campo- se verán obligados o tentados a vender. Y venderán. Algunos resistirán, pero muchos preferirán no ser propietarios para acomodarse mejor en empleados. Y algún día, cabizbajos, rabiarán por no haberse hecho en su momento cooperativa y gran unión en el país de los ombligos cazurrros.