Cerrar
Publicado por
CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO

Creado:

Actualizado:

Acaba la Cuaresma y el bacalao aún no me asomó al plato. Error. Fue costumbre que reinó en esta reserva espiritual durante los cuarenta días de ayuno y abstinencia decretados por Roma para mermar comidas y abstenerse de comer carne alguna, de modo que en la cocina el pescado se hacía capitán a bordo: sardinas, escabeches o bacalao en casa humilde, congrio (ya muy popular aquí en el siglo X) en el piso principal y merluza entre gente señorita. Recuerdo en la tienda de ultramarinos de la familia pilas de sacas de bacaladas en estas fechas mientras la guillotina de trocear era un sin fin en vísperas de «viernes de vigilia». Días de bacalao con huevos duros, recortes de bacalao con patatas rechupando espinas, bacalao en filaspas con garbanzos y berza (las espicanas en León eran exotismo), bacalao en buñuelos... ¡san Bacalao bendito, me tienes frito!... En Portugal tienen 365 recetas para el bacalhau, pero no deja de ser una bonita forma de engañarse o confundir como alguno que hacen a la brasa y sale suela. Con el bacalao en salazón hay lotería, puede quedar salado como perros o insípido como estopa, aunque gloria bendita es el que dan en Valderas (El Gatito) o daban en Mansilla de las Mulas (Casa Marcelo).

Pero para no comer sólo pescado en Cuaresma inventó su bula la Iglesia en el siglo XI, indulto apostólico que había que pagar para poder comer carne salvo el miércoles de Ceniza, sus cuatro viernes y Semana Santa (hacerlo era pecado mortal; y si comías por descuido una rodaja de chorizo, había que confesarse). Curioso proceder, negocio limpio: primero prohibes y después das licencia si te pagan. Muchos recordarán aquellas papelas de letra piojosa y orla sagrada firmadas por el cardenal Enrique Pla y Deniel, arzobispo metropolitano de Toledo al que, por ser retaco de estatura, un mordaz dominico llamaba «centimetropolitano». Hasta 1966 no se cerró este kiosko santo. Y nuestros papones, tan tridentinos ellos resucitando señas y ritos de entonces, ¿ayunan y se abstienen como les exige su catecismo atávico?... ¿lo qué?... ¡andallá!...