¡Sin inseguridad jurídica!
La inseguridad jurídica es una de las grandes preocupaciones de las empresas para llevar a buen término sus negocios. Hace ya tiempo que viene siendo recurrente esta denuncia de empresarios de sectores tan importantes como la banca o la energía. Seguro que muchos recuerdan, por ejemplo, las duras palabras del presidente de Repsol sobre la inseguridad jurídica y la posibilidad, si las cosas no cambiaban, de llevarse sus inversiones fuera de España.
Ahora KPMG y CEOE han publicado un informe «Perspectivas España 2024» en el que se insiste en cómo la inseguridad política se ha cronificado como la gran preocupación empresarial por su impacto en la inseguridad jurídica y por ende en la inversión. Los últimos datos conocidos en este sentido apuntan a una caída a plomo de la inversión en España.
A esta bajada realmente preocupante de la inversión privada y extranjera que impacta de lleno en el empleo, mientras España sigue siendo el país de la UE con más tasa de paro general y entre los jóvenes, habrá que sumar ahora el parón de la inversión pública, debido a la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado decidida hace unos días por el gobierno de Pedro Sánchez. Seguirán gastando mediante la fórmula del Decreto-Ley, pero se frenará la inversión y decaerán proyectos que se habían anunciado por el propio presidente sobre todo en vivienda y en obra pública.
La inseguridad jurídica y los cambios regulatorios permanentes tanto fiscales como laborales han sido la tónica de estos últimos años. Incluso el abuso de concentración de poder en muchísimas instituciones y la desconfianza que genera paraliza la actividad económica, lo que se refleja no sólo en la actividad de las empresas sino también en los particulares.
La última encuesta del CIS sobre la preocupación de los ciudadanos por la situación económica da buena cuenta de ello. Una mayoría de ciudadanos ve la situación como mala o muy mala y en ese contexto es complicado que se decidan a realizar compras más allá de bares y restaurantes. De hecho, los datos apuntan, por ejemplo, al aumento de la petición de préstamos para poder hacer frente al coste de unos días de descanso. Unos créditos a tipos de interés elevados que complicaran aún más los presupuestos familiares y que ya es una preocupación para el Banco de España.