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Y a lo dijo el sabio meteorólogo, doctorado en la escuela de escudriñar horizontes y olisquear humedades y secarrales, chupándose el dedo índice y moviéndolo hacia poniente: «Lloverá o no lloverá... todo depende del tiempo». Y en eso llevan enredados los expertos del augurio climático en los últimos días. Los escudriñadores de borrascas y anticiclones, hoy minuciosos explicadores de sucesivas danas, se resisten a pronosticar que para los días gordos del negocio turístico semanasantero vienen chuzos de punta. Se trata de no adelantar tormenta en las extraordinarias previsiones turísticas que nos hemos contratado. Cachis.

El mal tiempo en Semana Santa es mala noticia para el viajero, sea cual sea su destino y objetivo. Pésima para un León cuya oferta abarca todas las aspiraciones vacacionales: devoción religiosa, expresión artística, abarrotado ambiente diferenciado, tranquilidad rural, concurridos destinos provinciales,... incluso la multitudinaria cofradía del Genarín. Lástima de una programación que siempre mira al cielo en dos sentidos, el divino y el climatológico, con el ojo puesto en el momento álgido de hacer caja para los negocios locales.

Quizá León deba implorar con la misma entrega a los santos que con tanta devoción y jolgorio procesiona que no llueva en el puente del negocio, para que no deje de hacerlo el resto del año. Porque el agua es la nueva economía. Ojo.

A nivel internacional, la ONU mira al futuro desde el ‘agua para la paz’. Si cerráramos el foco con inteligencia, veríamos lo que otros ya llevan adelantado. La oportunidad de desarrollo que ofrece un recurso cada vez más escaso. Y que se reducirá drásticamente en los próximos años.

Asturias avanza a paso firme en esta reflexión, y en la colaboración público-privada que exige la oportunidad económica de disponer de un recurso escaso, pero esencial para captar inversión y empresas en un escenario que, desde luego, administre un potencial menguante con una estrategia inteligente y de economía circular. Pero economía de futuro al fin.

Más allá de la multimillonaria inversión en regadíos inteligentes, sin olvidar nunca el insultante caudal del vertedero de Pajares, ¿en qué está pensando León, quizá el conjunto del norte autonómico, para cuidar su potencial de territorio aún verde y establecer una estrategia que ponga en valor este jugoso potencial? Tic toc. Aquí llueve una vez más sobre el mojado secano de la falta de visión de futuro.