Santa Elvira sigue esperando su destino

Es el corazón del proyecto, y sigue a la espera de que el grandioso diseño de Dominique Perrault se haga realidad. Aunque los tiempos sean muy distintos a aquellos en los que fue concebido. León tiene desde 2018 Palacio de Exposiciones, con la propina del Palacín. Pero el Palacio de Congresos, y sobre todo la recuperación (y dotación de contenido útil, lo más importante) del Palacio de Congresos sigue viviendo el sueño de los vaivenes inmobiliarios y prespuestarios.

Ahora, doce años después de que las primeras obras se paralizaran, seis empresas optan a ejecutar el proyecto de la conservación y estabilización de los cerramientos de la antigua azucarera. En el camino han quedado un reguero de millones de euros pagados a Dragados y FCC por la renuncia administrativa a seguir con el proyecto en su momento.

La fase que ahora se retoma cierra el palacio por fuera, pero lo deja vacío por dentro. Mas es un avance. Y da tiempo para trabajar lo que es de verdad importante: si León quiere ser ciudad de congresos, y se dota de una infraestructura de semejante dimensión, tiene que espabilarse para entrar en el calendario de eventos que respondan a la capacidad del proyecto congresual inicial.

Un juego en el que entran también las infraestructuras hoteleras disponibles en la ciudad. Quedan muchos frentes en los que alicatar la ambición de convertir a León en una gran ciudad de congresos.