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CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO

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Vaya que lo estaba. Como mujer alcanzó cotas de poder como ninguna antes aquí y como nadie ahora o en un futuro que se ve lejano. No hay ni habrá muchas en este paisaje que, como ella, conquistaran y abarcaran tanto como dominó, así que no cabe duda de que toda feminista sincera debería objetivamente reconocerle su faceta de mujer combativa en la causa de vindicación femenina y enorgullecerse secreta o públicamente de una con-género que logró tanto espacio e influencia en una sociedad harto patriarcal y papona... y en una política per se machirula —y por ende puterilla— en la que, encima, a la corrupción le ponen alfombra y al tonto despacho. Una cabal feminista, en fin, debería admirarla en este aspecto y hasta poner foto suya en la pared de sus carteles, mitos o devociones. Hablo de Isabel Carrasco, que va a cumplir diez años fuera de escena y con nula rememoración o galas; pocos la elogian y menos en público. Y seguramente el feminismo autóctono tampoco lo hará por ver en ella otras facetas reprobables, aun siendo la mujer empoderadísima que arrebató cotos netamente masculinos y demostró que el género no era obstáculo para establecer no sólo la perseguida igualdad, sino en su caso una clara superioridad en lo técnico y lo político que le hizo dueña absoluta del ordeno y mando... y del hacer, del gustar, del vivir, del hablar o del vestir lo que le salía del chirri y del albedrío, provocando, irritando, enfureciendo a veces... ¿y quién iba a pensar que el odio demencial de sus asesinas truncaría una escalada al poder que ya se le pintaba autonómico, pero mirando a lo nacional?... su ambición incontenida y su tesón lo hubieran hecho probable, a eso se sentía llamada... y capacitada: conocía y sabía de las tripas funcionarias, de los hígados de las empresas y de los tendones del partido y la política. En fin, como inspectora tributaria, consejera después de Hacienda en Pucela ocho años y luego en Cajaespaña, ¿qué no sabría?, ¿a cuántos pudo estrujarles los huevos... o no?, ¿y qué rentas le dejó tanto trabajo, saber tanta cosa y tanto poder ?... (continuará )