La retorcida herencia de David Álvarez
El leonés de Crémenes que montó un imperio empresarial realizó una de sus grandes apuestas personales con el proyecto cárnico Valles del Esla, hace casi tres décadas. Ahora se anuncia un cierre inexplicable. A no ser que se tengan en cuenta las trifulcas judiciales que ya antes de la muerte de David Álvarez, pero sobre todo a raíz de esta, han mantenido sus herederos. Años de pleitos que concluyeron recientemente con un acuerdo: María José se queda con el Grupo Eulen (limpieza, seguridad, recursos humanos,...) y sus cinco hermanos con el Grupo El Enebro, propietario de Neal (Valles del Esla), bodegas como Vega Sicilia, Alión o Pintia y El Quexigal. Quizá el cerrojazo al sueño del patriarca para la montaña leonesa sea una postrera venganza de los hijos díscolos.