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Hojas de chopo Alfonso García

Soletes en el Bernesga

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E l cierre de la minería, con tanta tinta derramada, supuso un duro golpe económico, y poblacional como consecuencia, en la zona del Alto Bernesga, en plena Montaña Central. La destrucción sin piedad ni reflexión de las instalaciones mineras de Santa Lucía cerraron un resquicio de futuro que alentaba un informe de expertos. Todo ello es ya pasado, y con el pasado es imposible convivir. Las únicas expectativas miran al futuro, incierto sin duda pero no necesariamente pesimista. Y en él están también las pocas referencias mineras que quedan en pie, en algún caso de notable calado histórico. Sería más que conveniente que sobre ellas no se apliquen destinos caprichosos, unipersonales y con los cantos de las sirenas del momento, que no siempre sirven para todos los tiempos y lugares. Más que posiblemente en otras ocasiones se necesita escuchar, contrastar, recibir opiniones y propuestas. Se necesitan decisiones que lleguen desde la sensatez, el diálogo, el conocimiento y la previsión de posibles alcances. No son tiempos para versos sueltos, generalmente empobrecedores. Compartir.

Lo que no se olvida ni falla por estas tierras es la causa del buen yantar, que sigue concitando seguidores y reconocimientos. Pasados los dos túneles de la N-630 que significan la entrada en Vega de Gordón, tres centros gastronómicos, a pie de carretera, hasta Villamanín -en unos diez kilómetros, poco más- son un claro testimonio de lo dicho.

La Guía Repsol propone caminos y andaduras, con muy diversas alternativas. Entre ellas, la gastronomía, que valora y destaca con sus Soletes. Tres cuelgan en restaurantes de este corto trayecto referido, con la razón que sustenta tal distinción.

Casa Senén, en Vega: «Buenas tapas, cañas gigantes y un menú del día que merece una parada en este restaurante familiar. Tradición, variedad y buen servicio son su carta de presentación».

Caminamos hacia Pajares, y casi a tiro de piedra, Ciñera. La Hornaguera: «Un menú del día insuperable: variedad, calidad y cantidad. Cocina leonesa con muchos guiños a la asturiana. Y postres caseros, deliciosos, todo a precio ajustado».

Ya en Villamanín, Casa Ezequiel: «La casa madre de ‘Ezequiel’, con varios locales en León, es parada obligatoria. Raciones y menús pantagruélicos y sabrosos. Prueben sus embutidos».

Volverá, estoy seguro, a los tres. No se lo pierda. Además ayuda el paisaje. Fascinación y gastronomía. El orden le corresponde.