El legado de Isabel
Buscando el cuaderno para escribir una nota apresurada, encontré sobre la mesa una reseña del poeta Jorge de Arco que se inicia con estos versos de María Victoria Atencia: «Porque la vida urge, y su oportunidad / no se repite». Parece un epitafio escrito para Isabel Carrasco, una mujer cuya biografía parece estar escrita en verso, por la repetición del mismo estribillo: la primera que ... Siempre fue la primera, lo cual no solo por ser el mundo de hombres, sino también por haber elegido caminos competitivos, le llevó a resultar un tanto agresiva para sus congéneres.
Cuando pase un tiempo, incluso en estas villas cavernícolas del Norte, se empezará a olvidar su día a día, y se resaltará su legado político. Aquél que construyó a lo largo de dos décadas en León, en la Junta o en su partido, recibiendo la validación de los votantes. Como todos los representantes públicos aceptó la «servidumbre hispana»: por el mero hecho de participar en las urnas, el votante exige que haya más empleo y prosperidad, que se mantenga el liderazgo de nuestro terruño. Así Isabel, líder de un territorio mayor que algunos países, se encontró muchas veces sola ante la Historia y los Elementos.
Isabel era excesiva, pero nunca se dijo que no se ganase la soldada. No pasó desapercibida, y no perdió una oportunidad. Alguien en mala hora frenó su carrera. Ahora nunca sabremos hasta dónde habría podido llegar; o si sus planes como Política habrían conseguido «redimir» a León de estas tres décadas de caída que arrastramos.
Se ha escrito una página negra, que es la última de su recorrido mortal. Y es también la primera de esa Biografía Histórica que Isabel Carrasco nos lega, a León y a toda la Comunidad Autónoma, de trabajadora incansable.
MAYO 2014
Hace diez años escribí unas notas apresuradas sobre Isabel Carrasco, para Diario de León, casi más de encargo que por interés propio, donde preveía que los historiadores habríamos de interesarnos por su «legado» para la provincia leonesa. Diez años más tarde, si consultamos internet, encontramos cientos de artículos sobre su asesinato, teorías conspiranoicas (por cierto, no todas descabelladas), testimonios de su carácter agrio, recuerdos de sus trifulcas… Pero no es fácil encontrar entradas sobre su trabajo de 30 años de gestora en León.
Todos los que hemos participado alguna vez en la política local leonesa somos «autores intelectuales» de muchas obras e ideas, que deberían haber servido para que León no prosiguiese su lenta caída hacia «el pozo». Pero ni nuestra fuerza personal, ni la fuerza política de nuestras siglas, ni la brevedad de los mandatos políticos ha permitido completar el trabajo.
Por eso, mirar el ‘legado’ de Isabel Carrasco, es interesante desde el punto de vista de la Historia. Se «hartó» de poner primeras y últimas piedras, completando las ideas de otros, y dejándonos mucho de lo que hoy aún tenemos en marcha, y que está sirviendo a la esperanza de evitar que seamos un completo solar poblacional y de empleo.
En el poco tiempo en que coincidimos, amén de los consabidos «sartenazos» que todos recibíamos, me tocó acompañarla en la primera piedra del Musac, un «obrón» que debemos a su disposición a financiarlo desde la Junta: ayer mismo lo visité y en el hall había dos magníficas fotos de Candida Höfer, la misma que inaugura en Madrid la «exposición del año» en lo que a fotografía moderna se refiere. En los polígonos de Villadangos y de Villabrázaro deberían haberle hecho un monumento, ya que fue su cabezonería la que los sacó adelante.
En La Bañeza, asistí con ella a la inauguración de la remodelada «casa de Doña Josefina», pagada al 90% por la Diputación. Primero «Museo de las Alhajas», hoy «Casa de la Poesía» y mascarón de proa de la promoción turística local como «Ciudad del Modernismo».
En Mansilla completó la obra del «Museo de los Pueblos Leoneses», a sabiendas del dispendio que su mantenimiento iba a suponer: hoy uno de los mejores de España en su género como reconocimos en el reciente «Congreso sobre los Pendones».
‘Pendonera’ de honor, cuando coincidimos en una romería de Castrotierra. Los pendones eran tímidamente llevados por mujeres hasta que llegó ella: la prensa publicó la foto de Isabel portando un pendón, que sirvió de materia para un TFG sobre el papel de la mujer en esta tradición.
Todavía en el último viaje a Oseja, me recordaron que la carretera del Pontón «la hizo ella», y el tramo hasta Valdeón quedó sobre la mesa hasta hoy.
Y más obras, muchas más por toda la provincia, que debemos a su impulso. No estamos en los tiempos del presidente Cañas, que se publicó a sí mismo un book de todas sus inauguraciones como presidente de la Diputación, como exhibimos en el Congreso citado. Pero tampoco es cosa de olvidar las obras de Isabel, ¡que ya han pasado años, y los berrinches, como las malas obras, también prescriben!