Diario de León

Concentración en Botines contra la violencia machista.

Publicado por
Ana Gaitero
León

Creado:

Actualizado:

La ley de violencia de género cumple 20 años en diciembre. Fue la primera ley orgánica del Gobierno Zapatero. Dos décadas después se hace balance con unas cifras desoladoras. El año 2023 se cerró con un aumento de los asesinatos machistas del 12%, el repunte más grande de la última década, y más del 30% en la violencia machista que sufren menores. ¿Quiere decir que la ley ha fracasado?

Rotundamente, no. Ha fracasado la sociedad. Fue la más avanzada de Europa y posiblemente del mundo, solo mejorada por el Tratado de Estambul, que amplía el arco de la violencia hacia las mujeres más allá de la que se produce en la pareja y abarca todos los feminicidios. España asumió el Tratado de Viena en 1993, que reconoce que la violencia hacia las mujeres es un atentado contra los derechos humanos.

¿Por qué es más fácil creer en héroes de ocasión frente a las violencias machistas que en la ley que la combate?

A la ley de violencia de género no se le ha dado tregua. El PP la impugnó ante el Tribunal Constitucional y cuando fue avalada por los custodios de la Carta Magna, en 2011, entramos en un periodo de retroceso económico y también social e ideológico. La ley se quedó huérfana de acción política, empantanada en unos juzgados atascados, muchas veces resistentes a aplicar la perspectiva de género, y jaleada por el furibundo machismo y la ultraderecha rampante.

La ley de Igualdad, de 2007, salvo en la paridad en las listas electorales, se ha empezado a desarrollar en 2020. Con la ley del aborto pasa otro tanto. Se expulsa a las mujeres de la sanidad pública o se las hace peregrinar. Y los rosarios antiabortistas salen gratis aunque se hayan tipificado como acoso en el Código Penal. Las leyes que afectan a las mujeres se ningunean, igual que su palabra y la participación en los espacios de poder.

A la ola ultraconservadora que irrumpe en esta década le sale a cuenta usar la violencia de género para crecer. Apela a esa idea simplista de que las mujeres en general y las víctimas de violencia de género en particular son privilegiadas que se aprovechan de hombres indefensos. Es falso. El 100% de los crímenes machistas los cometen hombres, el 99% de los asesinatos en el entorno familiar, cuyas víctimas no sean la pareja, los cometen hombres y en el 99% de los homicidios donde las víctimas son hombres los agresores también son hombres.

La ley de violencia de género es una herramienta civilizatoria, pero se combate más que se aplica o se usa para otros fines. El caso del boxeador Antonio Barrul, que sacó los puños para defender su honor, no a la mujer que era increpada por un hombre en el cine, denota hasta qué punto importa poco. Barrul fue elevado a la categoría de héroe y sus seguidores en redes sociales crecieron como la espuma. El otro implicado busca resarcirse y culpa a la mujer. ¿Y qué pasó con la víctima? Fue ninguneada y olvidada. Igual que la ley., Solo nos queda el consuelo de pensar que 20 años no es nada y menos aún ante la guerra más larga de la historia.

Una constante

Las leyes que afectan a las mujeres se ignoran, ningunean o combaten, como ha sucedido con la de violencia de género en sus casi 20 años
tracking