Santos Sabugal
E l pasado 14 de abril falleció en Civitavecchia, una ciudad marítima cercana a Roma, el agustino leonés Santos Sabugal García, sin duda una de las figuras de mayor proyección internacional en el campo de la exégesis bíblica neotestamentaria. Una personalidad de reconocido prestigio mundial en su ámbito. Nacido en Los Barrios de Gordón (1937), en 1963, recién ordenado sacerdote, inició estudios de Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico de la capital de Italia. Doctor en esta especialidad, ejerció la docencia y la investigación en el Instituto Patrístico «Augustinianum», de la Universidad Lateranense, y en el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum», hasta 2007. Fue miembro de la Comisión Bíblica Española de la «International Society for the studies of the New Testament» (Cambridge). Hombre de amplia y sólida cultura, políglota sin fronteras en tiempos ni espacios, sus conferencias y numerosos artículos científicos y libros, traducidos a varios idiomas, han sido considerados modelos de rigor y capacidad divulgativa, ese binomio necesario para el acercamiento.
Detrás del hombre de ciencia, o de forma paralela, estaba el hombre de acción, su compromiso pastoral, envuelto en una bondad sin límites y su característica sonrisa permanente. Junto con la también agustina, italiana de Palermo, Angela Allegro, fundaron en 1991 el instituto diocesano de vida consagrada «Agustinas Siervas del Señor para la Evangelización» (A.S.S.E.), con sede central en Civitavecchia (Italia) y centros misioneros en Duala (Camerún), Punalur (India), Quito (Ecuador), San Juan de Pasto (Colombia) y Trujillo (Perú).
Aunque no pudo disfrutarla cuanto hubiera deseado, siempre tuvo encendido el amor por su tierra. En su pueblo natal queda el testimonio de una iniciativa suya ejecutada por los vecinos en hacendera: en el cerro donde se emplazaba el «celebérrimo castillo de Gordón», tal como lo cita uno de sus estudiosos, José María Luengo, que jugó un importante papel defensivo, junto con los de Luna, Alba y Arbolio, se levanta hoy una gran cruz, robusta y firme. Inaugurada el 17 de julio de 1987, es un buen referente como contemplación de la hermosura de este paisaje montañés. Y seguramente como recuerdo y testimonio de Santos Sabugal.
Quede aquí la presencia de otro leonés poco conocido pero de proyección universal. Para cuando se escriba la historia.