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Pues sí, claro que se está poniendo guapo ese pueblo que dije ayer, montañés, de antes ganadero, minero también de cien años acá hasta cerrar el último cielo abierto hace treinta, anteayer, pueblo envejecido y pensionado, muy pocas vacas ya, un cebadero de cordero precoz, una fabriquita de quesos cerca, dos naves semimuertas, un taller de chapa y nada más. Por si fuera poco, el último bar del sitio echó el cierre hace un mes y ¡adiós juntarse la gente!, salvo en misa los domingos, los que vayan. A media mañana, ya te dije, parece muerto el lugar. No veas en invierno. Y la misma pinta tantos pueblos a uno y otro lado del mapa. Pero salta a la vista que se está poniendo bien guapo ese sitio que te digo donde la feúra se hizo embalse.

Todo empezó con rebelión de abuelas hartitas de vida parada y ayudadas del poco brazo mozo que queda allí. Sin esperar permisos o ayudas, se juntan ellas, hablan, se organizan, y les sale una hacenderita para purrir por lo común-comunal. Se divierten más que se fatigan. Es gimnasia, dicen, respiran y se van quitando de pastillas. Van a su ritmo. Su lema es «Pueblo, ponte guapo». Empezaron con pintura alegre remozando la Casa del Pueblo, después sus casas, tapias... (el llamativo mural de la entrada se lo hizo gratis uno de La Bañeza). Así, de lejos (de cerca más), parece pueblo ensayando un sonreír. Y quienes lo cruzan, aflojan la marcha o hacen un alto porque la fonda de la carretera abrió de nuevo. Y quizá se admiran de la cuadrilla de paisanas y algún paisano o rapaz convirtiendo isletas, orillas o solares en parterres o jardinillos donde no habrá árboles de vivero que nada dan, sino alguno del lugar y lo demás todo frutales en cada camino... cerezos, perales, manzanos, ciruelos, nogales, un castaño, avellanos, higueras... y que le gente del pueblo o el caminante se sirvan dejando su voluntad en las huchas de algunos árboles que una moza recoge cada atardecer para evitar tentaciones. Sacan más de lo que esperaban. Les da para herramientas, semillas, plantas, pintura... y no paran, no... pero yo aquí sí, te contaré algo más.