Ministra y manifestante
La capacidad de trabajo de la ministra de Sanidad es impresionante. No sólo atiende al trabajo abrumador de un ministerio de sus características, sino que, parte del escaso tiempo libre que le queda lo dedica a manifestarse en favor de una mejor Sanidad.
Así, al principio, puede parecer tan chocante como que el ministro de Transportes encabezara una manifestación para mejorar el transporte en España, o que el ministro de Educación se pusiera al frente de una manifestación para mejorar la educación. Bueno, la ministra de Sanidad no es tan estúpida como les podría parecer a alguno, porque hay transferencias a las comunidades autónomas, y, en este caso, se manifestaba contra la Sanidad de la Comunidad de Autónoma de Madrid, y ahí, tiene gran experiencia, porque tiene un largo y meritorio currículo de manifestaciones contra la Sanidad que se imparte en Madrid, incluyendo una manifestación contra la construcción de un nuevo hospital —el Zendal— en tiempos de la pandemia. Contemplar a una médico manifestarse en contra de la construcción de un nuevo hospital —cuando todos estaban desbordados— habla del celo madrileño de la ministra de España.
Parece que era debido a Madrid tiene las listas de espera más insoportables de España, pero no es así. Debió ser, porque Madrid le pillaba más cerca el pasado fin de semana. En esperas, Madrid es en la que antes se atiende. Tardan 53 días, mientras en Cataluña hay que aguardar 138 días y en Cantabria 173. Me imagino que este próximo fin de semana, la señora ministra se trasladará, o bien a Cantabria, o bien a Cataluña, para protestar.
En cuanto a la paciencia con la que hay que aguardar a que te vea un especialista, de las 17 autonomías, Madrid, ocupa el cuarto lugar donde menos se espera. Me imagino que autonomías como la de Navarra, o Canarias, que duplican o triplican los días espera, enseguida tendrán la satisfacción de recibir la visita de esta esforzada, aunque incomprendida manifestante y ministra.