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EL MIRADOR
Charo Zarzalejos

¿Legislatura en el alambre?

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Quien lo diría. Resulta que la defensa de ley de amnistía, la más importante y necesaria para la consecución de la legislatura y de la que los socialistas han venido sacando pecho, atribuyéndole el don de abrir un nuevo tiempo, se dejó en manos de un diputado casi desconocido. Ni el portavoz Patxi López y ni mucho menos el Presidente han tenido a bien intervenir en la defensa de una ley que han venido defendiendo a capa y espada y, naturalmente, ha sido una decisión que se puede atribuir a lo que cada cual considere, a cualquier argumento, menos al de la ingenuidad porque si de algo no carece el Gobierno es de ingenuidad. No dan puntada si hilo.

Esta creencia absoluta de ingenuidad no garantiza de ningún modo la continuidad de tres años, como dicen, de la actual legislatura que hasta el momento es una legislatura varada y salpicada de trifulcas internas entre los socios de Gobierno, trifulcas que incomodan a Sumar pero que día si y si día también se encargan de publicitar pero que ni ahora ni el futuro pase lo que pase, actuarán en consecuencia y abandonarán el Gobierno. Es más probable que Sánchez les abandone a ellos.

La legislatura puede estar en el alambre por mucho que el Presidente diga que no le van a quebrar. Tiene por delante las negociaciones con Junts en Suiza que no va de broma y, por supuesto, los presupuestos que tienen que estar listos el 31 de diciembre. Para todo necesita de todos y siempre. A esto hay que añadir las circunstancias sobrevenidas que en política son imposibles de predecir. Quien iba a decir que íbamos a ver lo que estamos viendo en relación a Begoña Gómez, inocente de ilícito penal mientras no se demuestre lo contrario, pero sí todo un alarde de imprudencia con trascendencia política indudable.

Además, la amnistía ya ha salido de su control y aún está pendiente la formación de Gobierno en Cataluña. El día 10, con la composición de la mesa del Parlamento habrá una pista de lo que está por llegar y que no parece que vaya a ser un proceso sencillo. Como hemos visto de todo, mejor no aventurar nada.

Será a la vuelta del verano cuando tengamos indicios más o menos relevantes de la suerte de la legislatura que a día de hoy es una legislatura sedada porque está en el alambre y los socialistas lo saben aunque disimulen.

Los independentistas catalanes, y con razón, se han hecho fuertes en el Congreso y como cabe esperar no va a desperdiciar la ocasión de hacer valer su posición. Saben, hoy más que ayer, la extraordinaria dependencia de Sánchez de sus votos. Es verdad que el Presidente tiene una extraordinaria habilidad para sortear dificultades pero todo, hasta su resistencia tiene un límite.

A día de hoy no puede afirmar que su mayoría de progreso es una mayoría cohesionada y leal fiando su suerte más que a su fortaleza a la estrategia de interpelar de manera permanente al PP por sus pactos, nada deseables, con Vox.

Esta y no otra es la argamasa que le puede alejar del alambre, pero ni esto lo tiene seguro.