Cuando canta el eurogallo
Un buscador de medio pelo resuelve con cuarenta mil referencias dudas sobre lo que cuesta un eurodiputado; al mes, no se atragante la famélica legión. 10.075,18 euros brutos; luego, ya, depende de que el estado de origen tenga un régimen fiscal más cercano a la Cuba libre o al paraíso tributario de Holanda (existe Holanda, aún). Dietas al margen, claro; qué sería de esta vida sin políticos sin dietas. Si esto no acaba de convencer al vota, idiota, conviene recurrir a los momentos inolvidables en los que León imploró ayuda a Europa; una mano que no fuera al cuello; citalopram europeo, según los sueños idílicos de la aspirante Pajín, que desciende de León como el agua brava de las montañas nevadas. Y Europa mandó a los interventores a tiquear el billete de las minas, para ese viaje sin retorno que arrasó la mitad norte de la provincia. Otra tumba a la que llevar flores. La inmisericorde élite alemana instruida en el coro de chivatos de la Stasi se dispone a liquidar por cuarta vez a Europa. No queda ni rastro del programa electoral en el que se votó criminalizar la libertad de movimiento o el motor de combustión; los del reto ideológico salen en los carteles encarnados, el Ja-Más Europa, menos diésel, otro salmo responsorial que se toma como palabra de Dios por el PP, capaz de negarlo todo mientras su alcalde de Madrid amenaza a los españoles pobres que osamos a cruzar la circunvalación de la capital del España sin el rosco del peaje 2030 al día. Netanyahu por tu barrio judío de León, que no va a ser el Crucero, rellena mejor los mítines de ZP que las citas del proceso que votó reducir un 14% cada año la producción agrícola y ganadera europea para relevar el mercado con terceros países; matanzas de rebaños sanos y larga vida a los tejones tuberculosos. Requiere de un gran esfuerzo imaginar a Macron mientras firma guillotinas masivas entre reses del gabacho para abrir la aduana al solomillo de Marruecos. Ahora que ya se sabe por qué PSOE y PP borran de su propaganda la parábola de la burra verde, piensen en si han votado alguna vez las normas que rigen el asilo, protegen la libertad, garantizan la seguridad. Apuren la reflexión. Calculen que desde el día 10 nos van a sacar los ojos. Y van a orinarse en los cuencos.