Seguridad y derechos humanos
Arturo Pereira
Los parias digitales
No a todo el mundo se le da bien el asunto de los recursos digitales. No solo la informática, sino todo aquello que vaya más allá de lo analógico. Incluso en muchos casos, todo aquello que supere el lápiz y papel o el mando del televisor. No; no todos tenemos las mismas capacidades, y lo que es más importante, aunque resulte obvio, la misma edad.
La generación de nuestros abuelos no reconoce en la práctica totalidad los juegos de los niños actuales. Son esencialmente digitales, algo que en su infancia, ni siquiera se había pensado y mucho menos verbalizado. De hecho, ellos casi no jugaron porque se vieron obligados a recortar su infancia pues la necesidad en su sentido más amplio apretaba a las familias.
La incorporación al trabajo arrastraba a los niños fuera de su proceso de desarrollo natural. Cuerpos y mentes infantiles en roles de adultos. Superaron muchos obstáculos, sufrieron guerras, hambre, de todo un poco, pero salieron adelante. Y lo consiguieron porque lo que necesitaban para ello estaba dentro de sus capacidades. Simplemente trabajo y ganas de trabajar.
Pero hoy las circunstancias han cambiado, esta generación, al igual que a muchos de nuestros padres, e incluso a algunos de la nuestra, la digitalización masiva de la sociedad se nos está haciendo un poco cuesta arriba. Más cuesta arriba cuanto más edad se tiene.
Lejos de representar un elemento democratizador, la transformación digital de la sociedad está generando guetos entre las personas. Esto es una realidad que no se aborda de manera suficientemente rigurosa porque no se vivencia como un problema o al menos un problema de cierta relevancia.
Desconozco las causas de tal actitud ante este desafío a la igualdad y también a la libertad de las personas. Aquel que no esté dentro del circuito de la tecnología verá limitada su seguridad de forma notable al igual que su libertad. Asimov, ya predijo como forma punitiva del Estado el excluir de los recursos digitales de la sociedad a los delincuentes. Si te excluyen, estas muerto, porque las necesidades básicas de las personas llegará el momento que se resolverán a través de estos recursos como predijo el gran literato de la ciencia ficción.
Ya tenemos ante nosotros las primeras señales de tal realidad. Las personas de edad avanzada se encuentran con grandes dificultades para acceder a determinados servicios como aquellos de la administración que están totalmente digitalizados. Software inhumano que entra en bucle y no atiende a las preguntas formuladas por personas que han caído en una crisis de ansiedad por no ser capaces de entender sus instrucciones, o simplemente no poder seguir el ritmo de las instrucciones dadas.
A la pérdida de capacidades cognitivas propias de la edad, debemos sumar , la carencia de habilidades tecnológicas. Con esto, las pretendidas herramientas digitales se convierten en barreras infranqueables. Sinceramente, no estoy teorizando, estoy describiendo casos reales que se han resuelto con la ayuda de terceras personas que sí tienen esas capacidades digitales.
No hay posibilidad de superar esta incapacidad, nuestra capacidad y predisposición para aprender se reduce severamente con la edad. Esto provoca que cada vez nos quedemos más aislados de las innovaciones tecnológicas que son permanentes. Hoy los parias lo son por motivos tecnológicos además de económicos.