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PANORAMA
Antonio Soler

Zurdos o diestros, pero no mancos

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Es más que conocida la habilidad de Pedro Sánchez para darle la vuelta a las adversidades y hacer «de la necesidad virtud». Con ese lema convirtió a prófugos de la justicia en compañeros de viaje y lo anticonstitucional en constitucional. La trayectoria del presidente de Gobierno es un ejemplo admirable de transformación de la desgracia en bonanza. La catástrofe electoral en las pasadas municipales y autonómicas de mayo se convirtieron en una palanca para despertar a los socialistas durmientes de cara a las generales de julio.

Nadie puede discutir la habilidad, y la astucia, de Pedro Sánchez para convertir una zanja en un trampolín. En este fin de campaña ha empezado a mudar el asunto judicial de su mujer en motor electoral. El miércoles sacó a Begoña Gómez a modo de as en la manga. Mitin en Benalmádena. ¡Begoña, Begoña! El eje de las elecciones europeas derivando en folletín y el presidente cartero lanzando misivas a la ciudadanía por Twitter/X.

Mientras, sus ministros seguían las instrucciones al riguroso pie de la letra. Y del mismo modo que al Perro Sanxe se le dio la vuelta en beneficio propio ahora se hace lo mismo con los zurdos de Milei.

El insulto, si es que eso es un insulto, convertido en virtud. En reivindicación de una ideología. Más que legítimo y desde un punto de vista electoral admirable. El problema es que la reivindicación del zurdo va acompañada del apocalipsis contra el diestro en un exagerado empeño por equiparar a diestros con ultradiestros. Como si en el fondo aspirasen a ser mancos.

Teresa Ribera usa el lema de la Pasionaria en la Guerra Civil. No pasarán. Asegura que nos estamos jugando el Estado democrático. Sánchez nos conmina a estar en «el lado bueno de la historia» mientras que Yolanda Diaz directamente se acoge a ‘¡A la mierda!’ como eslogan de campaña y, tal vez, como programa electoral.

Desde el PP tampoco afinan. Juegan a lo mismo y pretenden hacernos creer que el domingo se dirime una terrible disyuntiva. Europa o Begoña. Y, hablando de creer, el día de reflexión y el de las elecciones se autoriza a rezar públicamente el rosario «por España» al lado de la sede del PSOE.

Unir en el mismo espacio a los recalcitrantes de Vox con electores socialistas. Gran idea y espejo de una situación anómala y a desterrar. Sobre todo porque en una cosa, y solo en una, tiene razón Vox.

PSOE y PP votan juntos en el Parlamento europeo en muchas ocasiones. Son dos partidos europeístas y saben que Europa es nuestra tabla de salvación.

Lo mismo que saben que el cuerpo social de una democracia sana necesita dos brazos. Aunque esto parecen haberlo olvidado.