Diario de León

Nubes y claros
María J. Muñiz

Antología de la torpeza

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El premio a la torpeza administrativa tiene desde esta semana una candidatura muy difícil de batir. No se pueden hacer peor las cosas. Menos en este campo abonado de crispación y demagogia, donde cualquier conflicto prende en la desconfianza y se inflama con el miedo, el ruido y la desinformación.

Lamentable la gestión del traslado de un contingente de migrantes que tramitan su proceso de protección internacional (el acceso a un futuro para personas que huyen de guerras y persecuciones que ponen en peligro sus vidas en los países de origen) al hasta ahora abandonado hotel del Chalé de Pozo en Villarrodrigo.

Sobre el natural temor de un vecindario al que nadie ha explicado qué se le viene encima, la torpeza institucional y una inexplicable desinformación son el mejor caldo de cultivo para la demagogia y el miedo bien alimentado por tópicos y cuestionables afirmaciones, que se encuentran además en la primavera de su crecimiento. Como las asociaciones de vecinos han pedido, con sensatez, respeto a todas las sensibilidades, ahí queda el apunte.

Ante la falta de evidencia de control de las instituciones, o herramientas que ofrezcan seguridad a los vecinos, estos han optado por una respuesta contundente de oposición. Pero cívica y pacífica, porque la preocupación general y la exaltación de una ruidosa minoría no ha conseguido acallar la sensatez de la mayoría.

Y eso es fundamental. Vuelven a la memoria mis tiempos de lucha minera. Muy dura, radical y muy alejada, como no puede ser de otra forma, de las manifestaciones que ahora nos ocupan. Mas con un fondo común. Había entonces y ahora exaltados sin perspectiva ni mesura, dirigidos sin embargo por valientes reivindicativos sin miedo, pero con una gran dosis de sensatez. Saludos a mi querido Ramón.

Hay fronteras que ninguna causa puede cruzar, porque las priva de su razón. Los vecinos de Pozo han sujetado en este primer envite a los exaltados para volcarse en una oposición firme, pero cívica. Que se asiente en profesionales y razonamientos legales, a la vez que en una oposición ciudadana que busca ser contundente.

A esto les han abocado los muñidores de un proyecto que, por otra parte, no tiene nada de nuevo ni de conflictivo. Tampoco en León. Sólo el año pasado la provincia acogió a más de 1.300 personas como las que ahora llegarán. Sin ruido. Con profesionalidad. ¿Tenía que ser ahora distinto?

No se puede dejar rugir a la marabunta. No todo vale. Ni para imponer ni para oponerse.

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