MAR DE FONDO
Refugiados
Nos los cruzamos todos los días por la calle. Desde hace años conviven con nosotros. Son vecinos nuestros, sus criaturas van al colegio de nuestros hijos e hijas. Intentan rehacer sus vidas en ciudades amigables, donde no sufran persecución ni por su ideología ni por su orientación sexual ni por su religión. No es una situación de vida fácil y en la convivencia, como en todos los grupos sociales, laborales, familiares y de vecindad pueden surgir conflictos. Lo normal es que no. Organizaciones como Accem acogen desde 1992 en León a personas incluidas en el programa de protección internacional y temporal que cubre las necesidades básicas a solicitantes de asilo que carecen de recursos económicos, al tiempo que las acompaña en su proceso de autonomía e integración. Al principio sólo tenían disponibles 22 plazas en la provincia y ahora cuentan ya con 200. También se interesaron por el Chalé de Pozo como un posible lugar para acoger a refugiados. El 12 de octubre de 2023 trasladaron a León a 37 personas refugiadas procedentes de Canarias, lo que obligó a buscarles acomodo en hoteles y hostales en León y en San Andrés del Rabanedo. Muchas de esas experiencias de vida han quedado reflejadas en reportajes publicados en este periódico durante años gracias a la generosidad y la valentía de estas personas de ojos velados por el miedo, que aceptaron contar sus duros trayectos. Nunca ningún vecino de León, pese a sus opiniones en contra o a favor de la política migratoria y de refugio, con sus luces y sus sombras, se han opuesto a ellos en la calle.
San Juan de Dios incorporó el programa de protección internacional en León en 2019. Desde hace año y medio, además de pisos de acogida, gestiona el centro La Fontana, donde conviven 67 personas de diferentes nacionalidades. Los hemos visto en reportajes publicados en este periódico. No se esconden. Conviven con los vecinos del barrio de Armunia, con los que comparten actividades. Nunca ningún vecino ni vecina de Armunia, independientemente de sus opiniones a favor o en contra de la política migratoria y de refugio, con sus luces y sus sombras, se ha posicionado en la calle en contra de las personas que viven en este centro temporalmente.
La pregunta
¡Y qué decir de Cruz Roja! Los chalecos rojos y las cruces están en todas las fronteras para echar una mano a la Guardia Civil en el rescate de miles de personas que intentan llegar a Europa por las costas españolas. Cientos de miles no lo consiguen. Cruz Roja también acoge a refugiados en León. Están en pisos, casas o distintos dispositivos repartidos por la ciudad y la provincia. Nunca antes, independientemente de las opiniones a favor o en contra de la política migratoria y de refugio, con sus luces y sus sombras, los vecinos han salido a la calle para posicionarse en contra.
¿Qué está pasando ahora en Villarrodrigo? «Esto no va de política, va de gente y de miedo», dicen algunos vecinos. No todos están en contra de acoger a personas refugiadas, que también llegan con miedo, la más sutil herramienta política. El miedo se combate con información.
Echo en falta voces autorizadas de las oenegés, Cáritas y colectivos que trabajan con las personas migrantes en León.