Diario de León

LA LIEBRE

 Álvaro Caballero

El poder del miedo

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E l último vals del chalé de Pozo aún se baila en más de 6.200 casas de León cada vez que se abanican las páginas del álbum de fotos de la boda y de la comunión. Para quienes recibieron los sacramentos a partir de 1980 no hubo otro espacio de tanta referencia hasta que, en marzo de 2013, después de haber construido un hotel anejo con una inversión de 4,5 millones sin financiar, a golpe de riñón de ahorro, se cerraron las instalaciones. A cal y canto lleva trancado desde entonces, orillado según se va por la carretera de Santander, entre Villaobispo y Villarrodrigo, hasta que esta semana ha resucitado con el anuncio de la reapertura como centro de ayuda humanitaria de emergencia. Aunque, en el caldo de cultivo de la xenofobia, se haya alentado el temor con el anuncio de que promoverá una oleada de inseguridad que liga a los inmigrantes con la delincuencia. Vienen a violar a tus hijas, que tendrán que salir con jersey de cuello vuelto. Son menas, aunque sea mentira, que van a montar bulla. Verás qué de robos en las casas. No habrá quién salga a pasear tranquilo. Mira la que han preparado en Barcelona... Una consigna detrás de otra, con ese olor a azufre que lo impregna todo hasta hacer que los vecinos empiecen a asustarse, a mirar de reojo, a contar con que su calle es suya, que han pagado por vivir en un sitio tranquilo, como si el índice de las hipotecas librara a su vecindario mientras en otros un presunto gueto les entra en el IBI. No son racistas, repiten, pero compran la propaganda del miedo y comienzan a serlo.

El discurso contaminado se azuza con el riesgo de prender la llama de la violencia a partir de mensajes de invitación al odio patrocinados por la extrema derecha: ventosidades como las eructadas por el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, que anima a que «los aloje la ministra en su casa o billete a su país», y los replicados por sus compañeros de Vox León, que reclaman que «las víctimas reales de las políticas del Gobierno son los españoles que viven en los barrios humildes». España para los españoles y toda esa propaganda fascista que divide los derechos humanos por nacionalidades, con gracias para los que vienen de las zonas ricas y penalización a los pobres. Incentivados por el laboratorio político en el que Sánchez ha dividido a la sociedad, se alimentan de tu miedo. Ellos son la amenaza para la convivencia. No 180 inmigrantes aterrados por tener que venir a León.

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