La telegrafía en la provincia. Año 1929

La telegrafía es un medio de comunicación a larga distancia que surge en el siglo XIX, pudiendo ser óptica o eléctrica. La primera inexistente en León y la segunda, mediante el sistema Morse, se extendió por toda España al ser más rápida y económica como también lo fue por Europa y Estados Unidos. Aquí nos centramos en el reinado de Alfonso XIII, durante el mandato del General Primo de Rivera (1923-1930), pero vamos a hacer previamente alusión, a la ardua labor llevada a cabo por los telegrafistas en recuerdo a su digna profesión, hoy superada por los modernos sistemas de comunicación (internet), que dio origen a la constitución de la Asociación de Amigos del Telégrafo.

Su origen más remoto hay que buscarlo en 2004, al publicarse una revista cuyo primer número apareció en enero de 2008, teniendo como fin principal la difusión por toda España, incluso más allá de nuestras fronteras, la labor realizada por estos especialistas. La asociación, en el año 2007, organizó en León una exposición de aparatos y fotografías telegráficos que tuvo un gran éxito por el número de personas que la visitaron, sin embargo, esta relación no finalizó con dicho acto, sino que el contacto es constante con nuevos eventos; una prueba más de ello fue la celebración en mayo de 2011 de su Asamblea anual que se reunió en la Casa Nalgas, considerada como uno de los establecimientos hoteleros más antiguos y emblemáticos de León, y que desde el año 1901 estuvo regentada por una familia telegrafista, siendo el primero de ellos José Vega. Anecdóticamente sabemos, que por este local han pasado también famosos personajes del momento, caso de Julio Iglesias, Camilo Sesto, etc.

Al día de hoy, continua la asociación sin interrupción con un gran predicamento. La publicación de su último número 45, de mayo de 2024, es la prueba más palpable.

En el año 1929, se publicó en Madrid (Imprenta de Jesús López), la obra Nomenclátor de estaciones telegráficas de España , en la que aparecen un total de 59 estaciones telegráficas en León, de las cuales, 26 eran del Estado, 13 municipales y 20 de líneas férreas. Se desglosan por su clase, carácter histórico-económico y por el diferente servicio que prestó cada una:

Estatales: Astorga, permanente; Ponferrada y Sahagún, el servicio es completo desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche; La Bañeza, completo y prolongado de las 9 de la mañana a las 12 de la noche. Otras son: Bembibre; Brañuelas; Cacabelos; La Magdalena; Mansilla de las Mulas; Murias de Paredes; Pola de Gordón; Riaño; Riello; Santa María del Páramo; Toral de los Vados; Valderas; Valencia de Don Juan; La Vecilla; Veguellina de Órbigo; Villablino; Villafranca del Bierzo y Villamanin de la Tercia.

Caso especial entre las estatales era la capital León, con servicio completo y permanente, al ser a la vez centro de Gobierno Civil y Militar por lo que sus estaciones, cursaban telegramas especiales o en determinadas horas.

Municipales: Barrios de Salas; Benavides de Órbigo; Cabrillanes; Carrizo de la Rivera; Hospital de Órbigo; Rabanal del Camino; Riego de la Vega; San Cristóbal de la Polantera; San Emiliano; Santa Marina del Rey; Toralino; Val de San Lorenzo; Villamañán del Esta.

Férreas: En esta clase de estaciones, Astorga y Santas Martas, el servicio lo tenían permanente, además, los telegramas que se enviaran a poblaciones de más de 1500 metros de esta última, obligatoriamente tenían que pasar por ella. El servicio era completo en las férreas de Burdongo, León, Ponferrada y La Robla. Otras de ferrocarril fueron: Bembibre; Boñar; Cistierna; La Encina; Matellana; Prado de la Guzpeña; Puente de Almuhey; Sahagún; Sta. Lucía; La Vecilla; Vaguellina; Villafranca del Bierzo.

Al contrario de lo que sucedió en otras provincias españolas, estaciones telegráficas particulares no existieron en León.

Tal vez, estas informaciones quedarían incompletas sin citar el nombre de algún telegrafista. Indudablemente, muchos fueron, tanto hombres como mujeres, los que ejercieron su profesión en este campo de las comunicaciones por aquellas ya lejanas décadas, de aquí que para finalizar, podemos recordar el caso de Emilia Rodríguez Gómez, nacida en Astorga en 1918, que además de telegrafista, se dedicó al dibujo y la pintura alcanzando un gran prestigio en la región.