Gestos, nada más
El cariñoso recibimiento, con condecoración incluida, de la presidenta madrileña al ultraderechista Milei, no es más que un gesto simbólico sin ningún valor político; si por política se entiende la dedicación a los ciudadanos.
A Díaz Ayuso el pintoresco presidente argentino le trae sin cuidado pero Miguel Ángel Rodríguez, el cerebro en la sombra de Ayuso, no ha desperdiciado la oportunidad de competir con Vox en su terreno. El siguiente aspirante a medalla puede ser Orban, también amigo de Abascal y socio indeseable para las cancillerías europeas.
¡Que más da ponerle una medallita al facha de turno! Si, además, el invitado aprovecha para cascarle a Pedro Sánchez, pues permite a Moncloa hacer los gestos de repulsa y victimismo que tanto rédito le han dado en la campaña de las europeas. ¿Quién no recuerda la apelación al voto de los «zurdos» parafraseando a Milei?
Y mientras, a Feijóo, que no puede competir con Ayuso y sus gestos, no le queda otra que apoyar el homenaje madrileño a un político con el que no se iría ni a tomar una cerveza. Y calla ante el gesto vergonzoso del presidente del parlamento balear, de VOX, socio de gobierno de su partido, que rompió la foto de una víctima del franquismo. Era una mujer joven, con hijos pequeños, que fue fusilada al acabar la guerra civil por militar en el Partido Comunista. Pero eso (pensara) ¿a quien le importa? Con la cantidad de años que han transcurrido……
A Díaz Ayuso el drama de los argentinos ni le va ni le viene. Su propósito es tocar las narices al Gobierno y quitar votos a Vox en Madrid para que no le molesten.
Y en estos juegos tan distraídos pasa su tiempo la presidenta madrileña, que no comenta, por ejemplo, el caos al que se enfrenta la sanidad en la región cuando los turnos de vacaciones de médicos y enfermeras vacíen los centros de salud y los principales hospitales de Madrid. Ese tema parece que le interesa menos……