Gastar bien
Este verano, en muchos centros de salud no encontraremos médicos, ni personal sanitario, que nos atienda. El problema es que nuestro sistema de salud empieza a hacer aguas por la falta de personal. Pero a lo que parece, ni al Gobierno ni a los presidentes de las Comunidades Autónomas parece quitarles el sueño la falta de profesionales de la medicina.
Nos faltan médicos, aunque las vocaciones no hayan disminuido, y año tras año son muchos los jóvenes que deciden entrar en las Facultades de Medicina. De manera que hay que preguntarse adónde van esos jóvenes, una vez aprobada la carrera primero y el MIR después. Al parecer, muchos optan por buscar suerte fuera de nuestras fronteras, donde reciben mejores sueldos. Una razón que no es baladí.
En segundo lugar, hay que preguntarse por qué quienes terminan la carrera, a la hora de elegir especialidad, optan por dermatología. Muchos aseguran que es para tener un trato directo con los pacientes... Bueno, a mi la respuesta no me suena demasiado convincente. Esa razón me parece endeble, y sí más sincera la de quienes reconocen que los dermatólogos tienen más salidas en el ámbito privado, sobre todo ahora que hay tantas personas persiguiendo la eterna juventud. Ser dermatologo puede supone ganar más dinero. De manera que, en mi opinión, el verdadero quid de la cuestión está en esos sueldos bajos que perciben los médicos, y de rebote el resto del personal sanitario. Sí, se les paga poco, se les exige mucho y las condiciones de trabajo no suelen ser tampoco gratificantes.
Por tanto, la ministra Mónica García, de Sanidad, tan histrionica ella que sigue ejerciendo de sindicalista en vez de ministra, debería junto a los consejeros de Sanidad, revisar y elevar los salarios que percibe el personal sanitario. Esta es una decisión urgente. España hace lo más difícil, que es formar a excelentes profesionales de la Medicina, la mayoría estudian en Universidades públicas, y cuando terminan esos estudios no se les paga como se merecen, y entonces se van. Lo mismo sucede con los investigadores españoles a los que se les dan becas de miseria y cuando termina la beca les despiden sin darles siquiera las gracias.
Parece que el presidente ha decidido contratar a medio centenar de científicos para que le asesoren pero quizá podría gastar ese dinero en que esos científicos trabajen en los laboratorios y no tengan que buscarse la vida fuera de España, donde de verdad se aprecia, y se paga, su talento.
Que se sepa, el señor presidente tiene casi un millar de asesores para otros asuntos, y muchos me parecen para el desastre de lo que viene haciendo. Quiza ese dinero lo podría gastar en pagar el sueldo a mil médicos o mil científicos. Nos resultaría mucho más útil a los ciudadanos.