TRIBUNA
Ministerio desaparecido por inútil
E n un artículo anterior yo hacía referencia a los autores del libro «Un País Posible», en relación con ciertas indicaciones que hacen acerca de educación y que me parecen desafortunadas; pero ellos no tienen culpa ninguna por no saber las raíces y las causas de la escasa formación, la carencia de bases y el alto grado de dificultades de una mayoría de estudiantes de formación profesional, del 30% de bachilleres que abandonan durante el primer curso de universidad; o lo que ocurre con muchos profesionales de todo nivel y graduación que muestran una enorme desidia, y a menudo incapacidad para reciclarse e incluso promocionarse.
Ellos, los autores del libro, con la mejor intención proponen solucionarlo a base de estímulos, con presupuestos del Estado, con subvenciones o con incrementos salariales. Indican también el difícil encaje y el desfase existente en España en temas de empleo, cualificación, reciclaje profesional y hasta de la miserable dotación presupuestaria para el progreso y actualización en tecnología y en productividad.
La realidad que exponen es cierta, pero las propuestas que apuntan están lejos de ir al origen, a la realidad causal y a las posibles soluciones de base.
Ministerio de Educación, ¿dónde estás? La Sra. ministra está muy ocupada en otros «ministerieles»: megafonía, represora de oponentes políticos, mentir con el gobierno, etc. Muy ocupada, por lo que no se entera de:
—El abandono escolar temprano es descomunal.
—Las repeticiones de curso en Primaria y Secundaria son muchas y duplican las de los países de nuestro entorno.
—El fracaso escolar roza el 30% si bien ahora se disimula con regalo de aprobados, de pases, de rebajas en exigencia, de nives, etc.
—Cursos preparatorios para iniciar carrera universitaria porque los bachilleres carecen de bases y fundamentos; a pesar de lo cual el abandono durante el primer curso es espantoso.
—Los resultados de las pruebas internacionales (PISA), cada vez nos sitúan más atrás, allá por los cuartos traseros y el rabo.
—Suma y sigue, en caída libre y con la aceleración propia de tan pesada carga.
Una clara y rotunda muestra de todo lo anterior es el nivel de nuestros políticos, nuestros ministros son la muestra más representativa de la realidad educativa, formativa, profesional y experiencial existente en la España siglo XXI y que responde a esos seis parámetros enunciados. A ellos se unen los millones de fanatizados políticamente por unas y otras siglas o partidos mayoritarios, más los cientos de miles paniaguados, otros cientos de miles ocupantes de chiringuitos para-políticos, más cientos de miles de arribistas y esplotadores, y algún milloncejo de callejeros caídos de los mares y los cielos en progresión creciente. La suma nos da urnas para mantener «tanta bondad, tanta eficacia, tanta educación, la economía en cohete de feria»; la España sanchista. Ministerio ausente, ni está ni se le espera.
Educación no consiste en tener doctorados, ni mucho dinero, tampoco en ser parlamentario, diputado o senador, no es ocupar cargos o puestos de relevancia; que se lo digan a un tal Sánchez, epítome de la total cerencia de la más elemental educación —en este caso se añade la carencia de formación y cualificación—.
¿Qué tal si buscamos las causas, las raíces, el origen de tanto fracaso, abandono, repeticiones, bachilleres sin bases, los resultados de PISA y la bajeza de Sánchez y sus políticos?
El número de niños que padecen alguna deficiencia que condiciona el desarrollo de las facultades específicamente humanas para los procesos mentales, es inferior al 2%. Contamos con otro 3% que están condicionados por su medio o algún otro tipo de condicionamiento. Total un 5%.
Tenemos, pues, que el 95 % de las personas pueden acceder a las graduaciones ordinarias con ligeras variaciones de grado. Para ello procuremos que se entere el desaparecido ministerio, mal llamado de «educación» .
—Aquí, como en medicina, el principio básico es: «Ante todo no causar daño»; por ejemplo encerrando a los niños en la escuela antes de la edad adecuada, o sea antes de los 6-7 años de edad.
—Apoyo a la familia según necesidades, para el desarrollo y educación del niño. Ayuda, enseñanaza, supervisión y control por parte de especialistas educadores que, además, saben observar posibles alteraciones en los procesos del niño; desde conocer las funciones que desempeñan los reflejos primitivos, hasta posibles alteraciones del comportamiento, todo ello para complementar la función educadora esencial de la familia.
—Máxima libertad de movimientos para el niño que permite a los reflejos realizar sus funciónes de modo que se irán retirando a medida que el cerebro va asumiéndolas.
—Los bebés y los niños aprenden por sí mismos, cuando están naturalmente preparados para ello, a través de movimientos que van descubriendo por ensayo y error. Cuanto más se interfiere en esos procesos, más perjuicio se causa al desarrollo tanto físico como mental del niño.
—La estimulación infantil moderada y especializada, aporta grandes beneficios al desarrollo, el exceso o hacerla de forma indiscriminada, es perjudicial.
—Todo lo anterior da lugar a la formación del YO que, en esas condiciones queda establecido entre los dos y los tres años, a partir de los cuales comienza la apertura al otro y progresivamente al nosotros, primero como intercambio que progresa a interactuar. El respeto al niño y las muestras de respeto a todos y a todo por parte de las personas del entorno, es esencial en esta etapa que funciona sobre todo por imitación. Ese respeto constituye la esencia de lo que es educación; nada tiene que ver con escuela.
—El contacto directo con la naturaleza, con la realidad circundante y con las personas, va completando el acervo de experiencias, dinámicas y conocimientos indispensables para el funcionamiento como plenamente humano y despierta el interés por más, más aprender. Entrando en los 6-7 años ese más reclama lo que la sociedad ha establecido como escuela.
—Antes de la edad escolar muchos educadores tienen la habilidad y/o los conocimientos para detectar dificultades, alteraciones o retrasos. Es importante abordarlos ya que, de no hacerlo, tienden a permanecer e incrementarse. Muchos fracasos, la gran mayoría, se fraguan ahí y no en la ESO. ¿Se habrá enterado el ministerio ausente?
Prevenir es el componente educativo-formativo más importante en orden a detener y revertir el desastre social que estamos tratando:
. Educar como hemos señalado es preventivo.
. El desarrollo del niño como promueve la naturaleza (no la escuela) es preventivo.
. Acompañar al niño observando y abordando alteraciones en la etapa 0-6 años, es preventivo.
. Fundamentar sólidamente los aprendizajes básicos, instrumentales para toda la escolaridad y posteriores formaciones, es preventivo y es la tarea de la escuela. Leer, escribir y cálculo matemático; las tres en profundidad, en amplitud, conseguir soltura, facilidad y gusto en ellas, sin límites ni medianías, abarcando toda la diversidad de modos, estilos, aplicaciones, destrezas y gozos en su dominio; eso es la escolaridad primaria, no necesitan más materias, ahí cabe todo, son inagotables y serán tan buenas herramientas para el resto de los aprendizajes y de la formación a lo largo de la vida que, junto con la educación de base, aportan lo necesario para:
. Eliminar el fracaso escolar, suprimir el abandono, olvidar repeticiones, éxito garantizado en PISA, bases adecuadas para la universidad, facilidad para reciclarse, promocionarse, adaptarse profesionalmente, obtener políticos eficientes, etc. etc. Aquí cabe el ministerio desaparecido.
La prevención tiene su máxima eficacia en los años de la infancia en proceso educativo y hasta el 4º — 5º año de enseñanza primaria.
La prevención tiene sus principios, sus técnicas, sus instrumentos, sus programas y sus estrategias; conocerlos, experiemntarlos y saber aplicarlos es básico en la formación de todos los profesionales que trabajan con niños hasta los 10 o más años de edad. ¿Está eso registrado en el ministerio de educación y en todas las autonomías? ¿Está eso en las universidades que forman a los profesionales de la educación y de la enseñanza? ¿Está eso en los medios sociales que corresponde?
Sra. Ministra de educación, además de dedicarse Vd. a ser la bocazas del sanchismo, ¿le interesan estos temas? ¿Le parece suficiente con ser ese megáfono del gobierno? La des-educación sistemática le reclama a Vd. La tarea de ese ministerio es ingente y tiene Vd. que empezar por enterarse de lo que hay que hacer y se puede hacer; y del cómo. Lo improcedente es seguir ocupando el puesto en un ministerio ausente, perdido, disfuncional por ignorante, o sea, inútil.