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Me pregunto qué habrá dicho Antonio Pereira, allá arriba en su Parnaso, al conocer que han dejado desierto el premio internacional de poesía convocado por su fundación, y al que fueron presentados 1.337 poemarios, procedentes de distintos países y continentes. Algo con retranca berciana, seguro. Y no hiriente, ni para los juzgados ni para sus juzgadores. No han encontrado nada premiable. El jurado -Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre y Pilar Pallarés- ha incluido en su acta un lamento acerca del estado de la poesía actual. En las redes, hay quienes se preguntan si cuando toda la clase suspende la culpa es del alumnado o del profesor. Lo ignoro, solo soy un juglar de columnas. Se argumenta en el acta que tanta participación conlleva dificultades casi insalvables, y que la mala calidad no les permitía otra decisión. «Este jurado no piensa que «estamos en una edad de plata de la poesía» o «en un nivel con significación histórica relevante». Cuando se llevan leídos 300 poemarios malos, el siguiente te parecerá incluso peor, aunque no lo sea tanto. A lo mejor, un poeta no es el mejor juez de poetas. A lo mejor, nadie debe serlo. Visto lo visto, mejor cambiarlo por una convocatoria de becas, como finalmente se ha hecho. Y qué gran responsabilidad concederlas, mayor que elegir una obra ganadora. A los poetas vivos solo les deberían juzgar los poetas ya muertos; estos tienen tiempo, perspectiva y bonhomía. Escribir poemas no conlleva necesariamente que contengan poesía, pues esta es resultado no g´etiqueta. Quizá, el jurado nunca debió aceptar este difícil encargo. O juegas, o arbitras.

Lo he expresado aquí otras veces: un verdadero escritor -poeta o no- sabe que siempre fracasa, incluso cuando gana. Mientras que haya sufrimiento en el mundo no puede haber premios de los que enorgullecerse demasiado, incluso cuando son merecidos. Aunque, supongo, pagan facturas e impiden que termine en la papelera algo que quizá merece ser salvado.

«Pobre y negativa, es la situación de la poesía en lengua castellana española. Este es nuestro juicio», dictaminan. No sé si muy acertados o muy injustos. Y sí, me pregunto qué habrá dicho Pereira, en su Parnaso. Fue gran verso libre, incluso en la prosa.