Parar, templar y mandar
La política está tan degradada en nuestro país que al Gobierno no le bastan los ataques a los jueces o a los medios de comunicación. La campaña emprendida hace ya tiempo contra todo lo que huela a emprendedores o a empresarios no es propia de una democracia. Hemos visto cómo el mismo presidente del Gobierno desde el Congreso de los Diputados e incluso desde la rueda de prensa posterior al consejo de ministros se descalifica y degrada, hasta de forma nominativa, a los que generan riqueza y empleo. Pero, no sólo. Se legisla contra la libertad de empresa, la flexibilidad necesaria para hacer de los negocios cómplices del crecimiento y el desarrollo.
El hartazgo ha llegado a tal punto, que, en un movimiento insólito, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, que componen la mayor parte del tejido empresarial y del empleo, han emitido un manifiesto por la libertad de empresa. CEPYME recuerda que es algo que está garantizado en nuestra Constitución, pero que el Gobierno con su legislación, sus reformas y su menosprecio al diálogo social se está cargando años de eficacia y consenso.
La gota que ha colmado el vaso es la imposición de la reducción de la jornada laboral sin tener en cuenta el modelo de tejido empresarial de este país, el absentismo laboral o la productividad. Son miles de millones de euros y de puestos de trabajo que esta medida se puede llevar por delante en sectores como el comercio, la hostelería, la construcción o el transporte. Tampoco se ha pensado en las que tienen contratos públicos y que serían las peor paradas. ¡Qué números habrá visto el ministro de Economía! que ha pedido calma a Yolanda Díaz, la promotora de la medida. Cuerpo cree que hay que seguir negociando e incluso encontrar distintos tiempos para distintos sectores. Vamos, ir con pies de plomo a la hora de imponer una medida que no afecta por igual a cualquier empresa de cualquier sector. Ya se han perdido desde que gobierna Sánchez casi 50.000 empresas y España este mes de junio sigue siendo el país de la eurozona con mayor tasa de paro. Como dice la jerga taurina y el sentido común, hay ya que parar, templar y mandar y de paso transmitir a la sociedad el mensaje de que sin empresas sanas y exitosas no hay ni riqueza ni empleo.