La moción a ninguna parte
Resulta llamativa la sensación de que la archipublicitada moción proautonomía leonesa tenía como estación término el Palacio de los Guzmanes. Las expectativas elevadas durante los últimos años, con su presentación al visto bueno en un importante bloque de municipios de la provincia, habían puesto la proa hacia la Diputación. Es cierto que la Constitución incluye estas instituciones en sus fórmulas para la configuración del mapa autonómico. Pero esto ocurrió hace casi medio siglo y parece que aquella era una herramienta para paliar una situación concreta que ahora se aventura tan caducada como inútil.
Admito que durante un tiempo pensé que, con el actual inquilino de La Moncloa y su capacidad sobradamente probada a la hora de imponer el todo vale, la moción con el parabién de la Diputación leonesa podría tener algún tipo de recorrido político. Pero los pronunciamientos desde los representantes de su partido o de sus parientes próximos, incluido Zapatero, han enviado a la vía muerta el tren de esa moción, que al final parece que no irá a ninguna parte.
Si el objetivo era que quedasen retratados los diferentes partidos y políticos parece que se ha impuesto, por enésima vez, una especie de espectáculo que en el boxeo se acompaña de gritos con un «que se besen, que se besen», y en la sabiduría popular con el «que la sangre no llegue al río» tan bien ajustado a los deseos de unos y otros.
Si alguien quiere de verdad que se abra el camino hacia la autonomía lo tiene fácil. En vez de buscar el tacticismo político en León debería circular por la A-6, y tras una parada en la entrada, exactamente en La Moncloa, para explicar las cosas, seguir viaje al Congreso de los Diputados. Allí es donde se toman las decisiones. Pero me temo que nadie va a hacer nada más allá de este paripé, que ha convertido lo vivido hace unas semanas en un brindis al Sol en el que nadie sale quemado, ni tampoco facilitará una nueva luz que resulta evidente que la provincia está necesitando.
En septiembre volverán las cosas a su cauce, y de todo lo vivido en estos días es posible que vaya al archivo otro episodio en este serial que alterna mesas, manifestaciones, mociones... mientras el tren sigue en el carril al precipicio.