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CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO

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Marruecos, aun siendo tan vecino, es otro mundo. Y hay que conocerlo. Sea una orden, que también de allí nos vino mucho cuando este país ensayaba identidad malmaridando culturas, credos, comidas, leyes o manías. Y a explorar el viejo Protectorado Español se fueron nuestros vecinos días atrás. Mateo, el hijo mayor, nos mandó algo asombrado foto de la carta en español de un restaurante de Chefchaouen en el que comieron «de a gusto» con precios que aquí serían ridículos (media 4/6 euros por barba). Sin embargo, entre los platos (tajines de cordero o chivo, de carne con ciruelas o de boquerones o gambas o calamares o atún o pollo cural, sesos, hígado, pies de ternera con garbanzos, callos, louri, mrozia, pollo con aceitunas) figuraba algo que vio insólito: pene de buey . Naturalmente pensó que se trataba de lo que aquí se dice rabo de toro y que el traductor se tomó licencia cachonda, pues aquí rabo también es lo que es. Pero quiso aclarar la cosa, preguntó sobre la naturaleza exacta del plato y, efectivamente, se trataba de la verga del buey, aunque ese día no la tenían porque escasea, preparándose a modo de callos, cortada en trocitos (uy, daño). Quizá cause repugnancia porque aquí con la verga del toro sólo se hace el famoso vergajo torsionándola y dejándola secar para servir de fusta y azote. Y modérese el asombro, ¿acaso no se comen en España las criadillas , los cojonazos del astado burel hoy ausentes en carnicerías o casas de comidas?... Pues en Marruecos comen polla de buey como seguramente llevan haciéndolo siglos; y bien que les sienta. Y si es cierto que de lo que se come se cría , eso explicaría lo que aseguraban unas prostitutas de Dakar en el típico reportajillo veraniego que publicó este Diario hace ya años en la última página, costándole que tres párrocos de esta provincia se dieran de baja en la suscripción, a saber: que los moros la suelen tener más bien delgadita, que la más larga no es la senegalesa, sino la rodesiana, y que los asiáticos la tienen pequeñita, pero lo suplen siendo muy violentos. Cosas veredes.