Emblemático e histórico
E l Patrimonio es asunto serio, cuya pervivencia depende en buena medida de su valoración. Cuando esta no existe, la permisividad, la indolencia sobre su destino ofrece múltiples ejemplos de las barbaridades cometidas, tanto por acción como por omisión, sin medir incluso las posibilidades que pudieron tener de cara al futuro. Estoy convencido de que la recuperación y aprovechamiento del Patrimonio puede ser también una ayuda, aunque no definitiva, para recuperar el territorio. Lo que ha ocurrido en las zonas de la minería leonesa —póngase el nombre de Santa Lucía como ejemplo fehaciente— es una sucesión de atropellos y despropósitos, cercenando incluso ciertos atisbos de futuro ante la indiferencia, tanto administrativa como poblacional. Los fondos Miner trajeron dineros en abundancia que se emplearon descaradamente donde y como se quiso. No digamos de los europeos Objetivo 1 para las zonas despobladas, como son —¡puñeteras ironías del destino!— las ciudades Valladolid y Burgos. Pocos levantaron la voz, y ellos, los mandamases, pegándose aún palos entre ellos sobre la culpabilidad del cierre de la minería y el abandono de sus poblaciones, que tanto y tan generosamente aportaron a la economía a costa de su propio patrimonio paisajístico y también patrimonial.
He escrito en otra ocasión en estas Hojas (18.10.2021) sobre la vieja gasolinera de Santa Lucía, que ya entonces «la amenaza de la ruina empezaba a ser evidente», ahora, lógicamente, muy acentuada. Y, sin embargo, se trata de un edificio emblemático e histórico que no deberíamos dejar caer pasando la mirada de unos a otros y la casa sin barrer. Esto es la indiferencia, cuando no hay voluntad y determinación. Entonces la imagen de ruinas, una más en la entrada de la población, se puede convertir en símbolo.
Es verdad, o así me parece, que el bosque no deja ver los árboles, y, por tanto, gozar de su singularidad. Y es que el pueblo de referencia tiene algunos rincones de extraordinario interés y otras referencias de notable valor histórico no necesariamente vinculados a la minería. Es cierto que nunca suficientes, pero sí de alguna presencia interesante, hay subvenciones que permitirían dibujar, a medio y largo plazo, un plan que, aun siendo humilde, obraría algún que otro milagro, no necesariamente deslumbrante. La condición humana cuando se empeña, más si es colectivamente, tiene posibilidades de éxito. Todo es proponérselo.