Llevadles a juicio
Q ue pregunten a aquellos súbditos leoneses qué opinión tenían de sus reyes que aquí hoy suben a pedestales pintaditos en épicos retratos y devotas estampitas listas para el timo a orgullosos o identitarios (Peláez no titubea si mira patrás sin chirimías ni alharacas). ¿Cómo vio el pueblo leonés a sus monarcas medievales? No hay nodizia de ello; el pueblo nunca tuvo cronistas que, como a reyes, purpurados o señores, les miniaran con letrita florida fazañas y patrañas. Eso ha de pesquisarse y deducirse en otros rastros, pero suponemos que su opinión no debía ser muy buena como víctimas que eran de sus ansias y abusos, de sus feroces guerras civiles o sucesorias, de su corte de nobles y eclesiásticos que avasallaban en modo feudal trillándoles el vivir. De modo que viéndonos hoy ensalzar su figura y glorificarles ad nauseam, nuestros antepasados se revuelven en sus tumbas y se cagan en tós nuestros vivos lo mismo que ellos se cagaban en tós sus muertos regios. Da alguna pena que no alcance el filtro de una mínima memoria histórica a toda esa ristra de reyes, veinte lo menos, que hoy llenan la boca del que quiere ignorar lo que no interesa y vestirse con sus ropones para creerse algo. ¿Qué tenían que ver con el leonés y lo leonés aquellos monarcas que ni residían aquí y andaban siempre lejos en campañas o golferías?, o se casaban con borgoñonas, lombardas castellanas o portuguesas, o pactaban con el moro alianza, tributo indigno y hasta bodas, o traían cien franquicias de monjes franceses comendatarios con privilegio real para apercollar a pueblos y villas con tributos dictadores, o mandaban a la gente moza a morir en sus pleitos fratricidas, o arrasaban lugares y campos por ser de otro pendón. Reparad sólo en un dato que revela claramente su amor e identificación con el León de su título: ninguno de tantos reyes y dos imperators construyó palacio real aquí. Lagarto, qué raro (el de Enrique IV en La Rúa sólo era tapial de mierda). Aquí venían de paso y se alojaban de puto papo. Ni gasto. Pues hale, sacad la pandereta y seguid cantándoles aleluyas con candelas.