Conciencia internacional
La conciencia y la presión internacional son imprescindibles en estos momentos para hacer valer el resultado real de las elecciones en Venezuela. Las actas facilitadas por la oposición se pueden comprobar en internet mesa a mesa. Hay un clamor internacional que reclama al régimen chavista encabezado por un patético Nicolás Maduro que publique de una vez las actas electorales. Por supuesto, las verdaderas. Están intentando ganar tiempo para permanecer en el poder. Por desgracia, los que veníamos advirtiendo de que los chavistas no cederían el poder tan fácil vamos acertando. Han sido muchos años de engaños, triquiñuelas y montajes para poder mantenerse en el poder y seguir realizando una gestión nefasta con oscuras relaciones con destacados carteles del narcotráfico, según se han condenado en Estados Unidos. Las amenazas groseras de Maduro se están haciendo trágica realidad. Alza la voz para decir que va a defender al pueblo que mantiene sin suficientes alimentos, medicinas, transporte, seguridad, una vida en condiciones infrahumanas con una represión cruel que ha obligado a más de ocho millones de venezolanos a abandonar el país. Con estos venezolanos se produjo uno de los más graves fraudes electorales. De los ocho millones, unos cinco podían, sin embargo, solo se permitió a unos 65.000.
Miles de venezolanos tomaron las calles de Caracas en una gran demostración de rechazo a la dictadura y asegurando que no tienen miedo desafían la acción de los motoristas paramilitares chavistas asesinos que ya se han cobrado la vida de 20 opositores. La dictadura expulsa a los representantes de los países que exigen transparencia y las actas reales. ¿Lo hará con José Luis Rodríguez Zapatero después de que España y otros países europeos hayan pedido algo elemental para poder determinar con legitimidad y rigor quién ganó las elecciones? Brasil, Colombia, Chile, son países con peso en el llamado grupo de Puebla o de Sao Paolo, cuyos dirigentes son conscientes de que es totalmente inaceptable que no acepte la derrota electoral y entregue el poder.
Maduro sigue el lamentable ejemplo de Daniel Ortega en Nicaragua, que entregó el poder cuando perdió las elecciones frente a Violeta Barrios de Chamorro, pero después lo recuperó y nunca más permitió unas elecciones libres. Apelamos a la conciencia internacional, pero solo valen los intereses China, Rusia e Irán, que juegan un papel clave en el escenario internacional y utilizan a Venezuela como una pieza más de su partida internacional donde se canjean prisioneros. Veremos qué pasa con Venezuela.