Diario de León

AL DÍA
Julia Navarro

No me lo creo

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Pues no, no me creo que los Mossos, la policía nacional y el CNI no tuvieran información sobre cómo y cuándo Carles Puigdemont entró en España, se presentó ante las puertas del Parlamento y volvió a desaparecer como si del mago Houdini se tratara.

Si así fuera, la profesionalidad de estos tres cuerpos de seguridad quedaría en entredicho. De manera que, más bien, me inclino a pensar que Pedro Sánchez y su Gobierno han permitido, no sé si por activa o por pasiva, la aparición estelar de Puigdemont, seguramente pensando que detenerle ante las puertas del Parlamento podía desembocar en un problema de orden público.

Además está por explicar ese no desmentido viaje a Bélgica, del secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, para reunirse con Puigdemont en los días previos a su llegada. De manera que me voy a permitir escribir que tanto Sánchez como Puigdemont son los máximos exponentes de la política del esperpento. Eso sí, si me apuran es más peligroso Sánchez que Puigdemont ya que este último ha conseguido que nadie se le tome en serio y así sus adversarios íntimos, los líderes de Esquerra, vuelven a hacerse con el santo y seña del gobierno de Cataluña.

¡Ay los de Esquerra! También me voy a permitir escribir que son poco de fiar, porque si echamos un vistazo al pasado, fueron ellos quienes azuzaron a Puigdemont para que proclamara la «república catalana». Momento aquel de octubre del 2017 en que el entonces presidente de la Generalitat dudaba y parecía dispuesto a convocar elecciones en vez de saltarse la legalidad. Ahora hemos vuelto a asistir a otro numerito en el que los de Esquerra quieren aparentar que son gente seria y Puigdemont algo así como un payaso que aparece y desaparece como por arte de magia.

Y mientras tanto en la tribuna del Parlamento catalán Salvador Illa, con aspecto de no haber roto un plato en su vida aunque tenga en su haber una pésima y reprobable gestión como ministro de Sanidad, se permitía, muy ufano él, reclamar la aplicación de la ley de amnistía «sin subterfugios». Y para no quedarse corto incluso dijo que él y su grupo van a restablecer íntegramente los derechos políticos de todos los ciudadanos de Cataluña. Y se quedó tan ancho.

Hemos llegado a este último acto del teatro del esperpento en el que Puigdemont durante unas horas es protagonista en los telediarios. ¿Y Sánchez? De vacaciones...

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