Diario de León

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​Luis del Val

Descansos ejemplares

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Se dice que ya está en Lanzarote. No descansando, porque los grandes pilotos de los pueblos no descansan, sino reflexionando para tratar de vislumbrar nuevas acciones, con objeto de hacer felices a los habitantes de la Tierra.

No, no descansa en La Mareta, ese lujoso palacio que usa el presidente del Gobierno, Pedro I, El Mentiroso, sino en una propiedad más modesta, que adquirió, tras asesorar a un tal Obiang, en Guinea Ecuatorial. Era la época en que no viajaba con frecuencia a Caracas, sino cuando aterrizaba en Malabo. Su vocación evidente es la de tratar de convertir a tiranos crueles, y déspotas asesinos, en personas que puedan llegar a tener un comportamiento casi normal. Tarea difícil, claro. Los hombres ejemplares nunca eligen trabajos sencillos, sino aquellos que requieren un gran esfuerzo.

Sus esfuerzos por convertir a Obiang en una persona casi normal han sido un fracaso. Sigue ganando las elecciones con más de un 93% de los votos, escrutados en el Puchero Totalitario y, a día de hoy, el 75% de la población guineana debe subsistir con dos euros diarios, sesenta y dos euros mensuales, el mes que tiene 31 días.

Otro cualquiera, ante este estrepitoso fracaso, se hubiera retirado con discreción de la vida pública, pero nuestro hombre no se arredra fácilmente, y eligió otro objetivo, todavía más difícil: la reconversión del brutal Nicolás Maduro.

Tampoco ha tenido suerte. Si el tirano africano deseaba que volvieran sus enemigos para «comerse sus testículos», el tirano venezolano amenaza con más represiones y más asesinatos, llevados a cabo por los sicarios del totalitarismo.

Este hombre que, al parecer, descansa ya en Lanzarote, ha sufrido un desgaste terrible, difícil de afrontar. Desde la ONU, hasta miembros del grupo Puebla, tildan las elecciones de una burla totalitaria, como la que lleva a cabo Obiang, cada siete años. Pero no se da por vencido. Incluso con el riesgo de convertirse, ante la equivocada opinión pública, en un miserable colaborador de los tiranos, todavía no ha dicho que el cruel tirano ha robado las elecciones, y reflexiona en Lanzarote. Es lo que otros llamarían descanso de un hombre ejemplar. Se llama José Luis RodrÍguez Zapatero.

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