Y cien ojos, más

Tengo delante un libro que ya de mano no sólo invito a su lectura, la exijo para que un alarde monumental que tenemos aquí por propio deje de ser tan ignorado en su magnitud y circunstancia; y todo gracias a la mirada de otros, cien en este caso: « Catedral de León. Con los ojos ajenos » (edita Eolas). A mi ya me ha hecho pensar que nadie es tanto lo que de sí mismo cree o dice como lo que de él piensan o saben los demás. Lo que somos está mejor dibujado en los ojos de los otros. Su autor, Javier García Prieto , sobradamente conocido por los leoneses tras intensa trayectoria en cargos públicos, ha compuesto aquí un soberbio mosaico con textos, descripciones y juicios de un centenar de viajeros foráneos -extranjeros y españoles- que contemplaron esta Catedral especialmente en los dos últimos siglos, soberbia colección de ojos que logran abrir los nuestros a una maravillosa proeza que aquí peca de familiar y, por tal, de rutina por fuera, sirviéndonos sólo para inflar orgullos provincianos desdeñando o aplazando el colarnos un día en su entraña para saberla algo, al fin, y contagiarnos de su belleza, su matemática del equilibrio, su luz y su grandiosidad. Grandiosa es. Muchos de estos viajeros coinciden: es la catedral gótica más bella de España, cosa que aquí lleva siempre a enervar o a competir si dicen que la de Burgos es más guapa, que lo será, guapííísima, toda una miss gótica descocada, pero sobradita de tanto florón de piedra que anuncia ya lo barroco, filigranas que a tantos chiflan. Léete este libro, chaval, y no hará falta que lo acabes para salir corriendo a la Catedral a echarle un rato o media tarde... y otro mirar, seguro. Fliparás con lo que dice ahí la norteamericana Magde Macbet en 1931, ya verás. En fin, si aprendieras a mirarte en la mirada de los demás (cosa que León tampoco hace bien), conocerías mejor a los otros, arreglarías alguna cosa o al menos sabrías cómo decir en pleno derecho y honra un no me jodas, no me robes o no me toques las pelotas. (P/D: le dirás al autor que es impagable este mosaico suyo, aula pura de cien pares de ojos, y vivas gracias le darás).