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A mediados de aquel lejano mes de junio, un partido de fútbol acabó de la peor manera posible. Lo dirigía un árbitro residente en la provincia de León, Eder Mallo Fernández. Se disputaba en el Nou Estadi de Tarragona y era el decisivo para el ascenso a Segunda División. La cosa acabó con un 2-2 en el tiempo añadido que propició el ascenso del Málaga. Pero también con una sanción de cuatro partidos de clausura para el Nastic, con una denuncia en la Justicia ordinaria del club contra el colegiado, con un ascenso de categoría para el propio árbitro, que indignó aún más al club que se considera víctima de un ‘atraco’, aunque éste aseguró que sufrió gravísimas amenazas... Las cosas aún colean. El conjunto catalán no pudo disputar con público su primer partido en casa. Pero ayer sí había aficionados en las gradas. Todo después de que este jueves el Juzgado Central del Contencioso-Administrativo concediese las medidas cautelares solicitadas por el club, paso posterior a que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) rechazase inicialmente su recurso. Parece que este partido aún tendrá mucho tiempo añadido en los despachos....