Ideas transitivas

Las ideas tienen difícil catalogación. Sobre todo las ajenas, a veces asumidas sin la clarificación del contexto en que surgen. Pero la idea destacada puede servir, si no para la reflexión, que ojalá, al menos para la curiosidad. Son las ideas transitivas, las que sobrepasan su propio espacio -al margen pedanterías y afectaciones- y generan algún posible caldo de cultivo. A servidor en este caso.

Mijaíl Shishkim, escritor ruso de éxito residente en Suiza, dice que «el alma rusa es un invento de Occidente». Hasta es posible, si consideramos que en la actualidad algunos [rusos] parecen carecer de ella. Parece ser, y la reflexión es ahora de Amin Maalouf, que «los países que odian de forma sistemática a Occidente deriven hacia la tiranía y la barbarie». La advertencia es de Branco Milanovic: «Es una locura que necesitemos mandar a gente a la guerra para mejorar el estado de bienestar». Lo que ocurre es que puede haber un cierto pesimismo respecto a cambios, al menos drásticos. Es lo que advierte Erri de Luca: «No existe ya ninguna revolución posible, es cosa del pasado». Pues eso.

Las revoluciones necesarias no tienen por qué ser violentas. Hoy hablaríamos de cambios de mentalidad, de actitud. Por ejemplo respecto a los movimientos migratorios, que en esta tierra cercana generaron polémica a finales de junio. En una manifestación del día 20, esta pancarta: «Los inmigrantes son nuestro futuro. Les damos la bienvenida». La sensatez, el respeto y la solidaridad están por encima de la xenofobia y la intransigencia. Nos hacen sentir menos vergüenza ante tantos violentos. O el problema de la España vacía, que «se solucionaría haciendo caso a la gente de los pueblos», según afirma Asunción Molinos Gordo, artista cuya obra se centra en el estudio de las culturas rurales y campesinas. Aunque la anotación tenga un poco de metafórico, pisar moqueta carece de la visión de quien pisa tierra.

Acabo. Vivimos tiempos de personalismos e insensibilidades. La idea es de Maribel Rodríguez, autora de Liberémonos del narcisismo : «Tú no creas tu propia vida, no puedes ser Taylor Swift, es el colmo del narcisismo».

El narcisismo crece, posiblemente como una compensación de complejos o reflejo de un engrandecimiento que se ha tenido en la infancia. Nadie como él o ella. El narcisismo no entiende de méritos ajenos. Rotos todos los espejos, hay quien se enamora mirándose al único que queda.