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La patochada del venezolano Maduro, que impone por decreto que la Navidad será el 1 de octubre, no tendría mayor relevancia si no fuese el síntoma de un mal que se expande por la sociedad. Aburren los que siguen con sus revisionismos y se preguntan las razones por las que, en otros tiempos más o menos lejanos, se hizo la vista gorda ante canalladas, aberraciones, asesinatos, genocidios... y demás ataques a las libertades y derechos. También con parapetos para intentar tapar las realidades...

Después de un buen puñado de años dedicado profesionalmente a esto de intentar desentrañar lo que se esconde detrás del río permanente de información que tanto nos satura, sigo echando en falta la foto soñada. La de un político, un sindicalista, un representante de la patronal, un activista, un clérigo, un mandatario de cualquier ONG o asociación, o cualquier responsable sanitario o educativo... (completen otros sectores y colectivos que se les ocurran) a las puertas del juzgado con una denuncia contra uno de sus mismas filas. Eso sí, se cuentan por cientos de miles los que han optado por meter la cuchara en el caldo ajeno para explicar sus carencias, cual perejil en todo tipo de salsas.

En la sociedad contemporánea presenciamos a diario barbaridades respaldadas por silencios, con unas tragaderas que quizá superan las de otros tiempos que nos parecen oscuros. En los que, como mínimo, no había tanta información planetaria inmediata.

El espectáculo en Venezuela supera todo lo imaginable. Con un gobierno que tiene cárceles llenas de opositores a los que tortura, que deniega el voto a los que no le son simpáticos, que persigue a los que piensan distinto... con una tolerancia de personajes no tan lejanos... La penúltima en Nicaragua, de los afamados Ortega, es que podrán juzgar a los que en el exilio se posicionen contra ellos, con el decomiso incluido de propiedades. La ONU eleva los encarcelados por sus ideas este año a 131 y los torturados evidentes a la docena. Cuba o Bolivia tampoco se quedan a la zaga...

Aquí, este verano, hemos conocido que los Tudanca Team tapaban a su compañero acusado de agresión sexual a un menor. Después del caso de violencia de género de otro correligionario de Soria. El líder socialista de CyL se irá más pronto que tarde a casa. Pero no por esas últimas correrías.

Conocido es que los silencios hacen cómplices. Y que al caer del pedestal afloran los enemigos... Que se prepare...