Las migraciones propiciadas
Cada país tiene sus problemas particulares, pero actualmente la sociedad internacional en su conjunto enfrenta dos de calado profundo; uno es, sin duda, el peligro de una nueva guerra de dimensiones mundiales y el otro es el de las migraciones. La desigualdad entre los pueblos que los gobiernos desdeñan y la televisión exhibe despierta mayor preocupación ante la imposibilidad de que se encuentre una solución que, sin prohibirla, facilite que cada pueblo o cada continente pueda sentir, si no la satisfacción con su presente, sí la perspectiva de un futuro mejor.
España no es la única nación amenazada por la presión migratoria. Al margen de razones humanitarias, siempre respetables, nuestra geografía es de las más expuestas al sueño de más de un tercio de la población africana por incorporarse al bienestar que se disfruta en la vecina y minúscula Europa. Los intentos de frenarla, que gozan de argumentos y de partidarios radicales, cada vez se revelan más inútiles, sino utópicos. Los deseos de mejorar y abrir nuevas perspectivas a sus hijos no detienen ni promesas ni riesgos.
Entre negociaciones políticas que mantienen los países más afectados, la realidad es que se olvidan las razones que han originado esta situación. Durante muchos años el colonialismo se apropió de las riquezas del continente sin preocuparse en absoluto del desarrollo de sus pobladores. Y cuando se llevaron a cabo las independencias su esfuerzo fue seguir beneficiándose de todo el valor que dejaban detrás.
Así hemos llegado a un presente en que decenas de países independientes se encuentran sin solución a sus problemas y sin compensación a lo que habían aportado durante años al progreso de sus colonizadores. Esto ha conducido con el paso del tiempo a la implantación de Estados incapaces de mantenerse solo a costa de la cesión de sus bienes y productos más valiosos. Así estamos asistiendo a cambios radicales de los regímenes políticos, dependientes en buena medida de la protección militar heredada que les venía manteniendo. Entre tanto fueron surgiendo ideas políticas bajo el señuelo igualitario de origen marxista y de fanatismo musulmán que considera la violencia como el recurso para acceder al poder.
En lo que va de año, Francia tuvo que retirar a sus guarniciones militares de tres naciones mientras se asiste a la expansión china y rusa, cuya influencia se va imponiendo con su propaganda y ayudas inocuas. Su influencias crecen por momentos, pero no consta que haya africanos que intenten emigrar ni a Rusia y menos a China.