Diario de León

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Esa lista de créditos que va al final de las películas en letra menuda y además apresurada con su ristra nominal de actores, productores, técnicos, estudios, ejecutivos, organismos, patrocinios, agradecimientos y tal y tal... esa lista, digo, ¿quién se la lee?... casi nadie, eso se ve, aunque siempre hay alguno que no abandona la sala sin dejar de mirar pantalla hasta que la cinta expira. Una de dos: o son masoquistas alelados... o quieren dárselas de curiosos y entendidos... aunque es más probable que muchos lo hagan para no agobiarse en apreturas de salida y abandonar el cine con calma... es preferible.

A veces esa lista de créditos tiene instintos de veloz guía telefónica; imposible leer algo con calma y más si viene en lengua desconocida. Pero se dio el caso que pillé en la tele una película en sus finales y, al poco, vomitó sus créditos sobre bellas fotografías rebozadas con música linda y saliendo de nuevo el elenco principal seguido, y sin prisas, de la retahíla de todos los participantes en ella. Pero aquello no acababa y como un pasmarote aguardé a ver hasta dónde se desmedía la contrata. No menos de trescientos nombres fueron desfilando allí, no exagero, jamás vi tal. Deduje entonces que cada uno de ellos tuvo que cobrar algo por su labor o su nombre, figurándome así el altísimo coste del film, toda una peliculaza de las de ver obligado, « En un mundo mejor » ( La venganza , en el original), sueco-danesa, dirigida por Susanne Bier, galardonada con el Oscar a mejor película extranjera en 2010 y con no pocos premios internacionales. Ahí puede cualquiera constatar el enorme empleo que genera una buena película; por eso al cine lo llaman también industria; y de alto peaje: lo irregular de ese trabajo y la precariedad en que subsisten no pocos de su cuadro artístico y técnico que rezan o maldicen esperando que les llamen para nueva producción... y soportando, además, los ataques y etiquetas de «mamón de subvención» o «rico hipócrita» que les pondrá en la frente el que odia el cine hecho por «memos, gays, jetas o rojos»... !y que encima digan que ese pescado es caro!

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