Quita espinas y seca abrojos
El primer milagro que obra la virgen de los Remedios es en la misma noche del 22 de agosto, cuando el hielo del cubata aguanta tieso, hasta el ser de día; no por la bebida, de primera calidad; porque no hay tempero para el plato caliente, en ese frío al rostro que se hace cuerpo en Las Arrimadas, tierra santa, tierra leal de León. Los Remedios atrae al margen del jaleo mediático que contamina otras devociones, tan comprometidas con la causa leonesa como esta milagrera de Barrillos, que convoca a la cita sin altavoz ni campaña de cartelería; se va porque son los Remedios (es así, es el Pilar y son los Remedios) desde antes que los pijos del siglo XIX quemaran en Cuba la herencia del imperio. Llegar a Barrillos ya implica un acto de fe. Por la carretera, también; y por la orientación que contamina el GPS, que disuade a los nuevos feligreses que terminan por hacer los votos en el del Curueño. A los Remedios se va con velas y con lo esencial entre los dientes; llegar y vomitar, lo urgente; no la moto para Reyes; no el ay, phone por el cumple. Oh, virgen, del carbón que daba sangre, y sístole a la región; cuando el que llora a ti viene, y te cuenta sus pesares, siempre su favor obtiene y te ofrenda sus cantares, reina que al amor convida ... y vuelta. Para esto está la devoción mariana, mientras sacia muchas más expectativas que la política y frustra al maligno, en ese teje maneje del daño al prójimo. Por eso hay más gente que confía en la virgen de los Remedios que en la lista del Partido Popular al parlamento de Estrasburgo, con la saca de votos que acabó por encumbrar a Teresa, la del lobo, en la comisión de destrucción masiva, a hacer y deshacer al gusto de la brisca globalista y socialista. Es mejor el remedio de la virgen de las Arrimadas. Por eso los que van a honrar la creencia a la que fueron ofrecidos al nacer ya sabían que con el papel de las inversiones que firma el PSOE en Valladolid para sacar de la miseria a León se podían hacer un avión y tirarlo al río que pasa por el tercer ojo del puente. Que León rece a los Remedios es mejor que gastar dinero público en réplicas, para justificar un juego que sólo beneficia a los que viven de ello. Sale más a cuenta el regazo de la virgen de los Remedios. Que quita espinas y seca abrojos.