LA LIEBRE
Mentira
A quien tenga la curiosidad de conocer qué hubiera sido Torneros cuenta ahora con la oportunidad de visitar el Páramo de San Isidro. La plataforma logística encastrada en un polígono ferroviario con la que soñó León para impulsar su futuro se levanta ahora a 149 kilómetros. Pisuerga abajo sigue la ruta la excursión con la que, lejos de las infografías de colores y las recreaciones virtuales que han adornado la mentira del proyecto aquí en los últimos 20 años, se observa ya el avance de la playa de vías en la que despegará a pleno rendimiento ya en 2026 el plan de movimiento de mercancías que deja a León en la cuneta. No. No se trata de un nuevo lamento lastimero de agravio comparativo. No. No se ajusta al cliché resobado que dibuja al leonés como un murga que se escuda en que Valladolid siempre tiene la culpa de lo que sucede porque la Junta y el Gobierno conspiran en su contra. No. No atiende a un discurso en busca de réditos políticos para administrar la miseria. No hay propaganda. La prueba se exhibe en esas fotografías que, esta misma semana, el ministro Óscar Puente se regaló en su ciudad con una inversión de más de 300 millones de euros en una infraestructura, la tercera más grande de Europa, que concentrará un millar de operarios, moverá millones de toneladas de mercancías y alimentará el crecimiento industrial de su entorno gracias al posicionamiento como nodo principal de la autopista ferroviaria del corredor Atlántico. ¿Les suena?
Todo eso iba a ser Torneros. El plan se dibujó aquí hace casi 20 años, cuando allí no había nada. Pero piano, piano, la maquinaria empezó a trabajar para desplazarnos del centro neurálgico ferroviario del noroeste que se fijaba en Torneros, con todo el nudo de autopistas adyacente, y que subiera hacia Burgos por el Pisuerga, para que quedáramos como un pueblo al que le sacan la carretera. Sin descanso se minó la autoestima con largas como las que daba Suárez-Quiñones, cuando el PP gobernaba en la Junta y en Madrid, sobre la necesidad de un estudio de demandas, con mentiras sobre capilaridades, licitaciones de redacciones de proyecto, excusas como las que heredó y comparte sin vergüenza el PSOE de Cendón. Todo ha pasado delante de nuestros ojos, mientras nos lo negaban. Todavía van a hacerlo. Es mentira. Si no me creen, vayan hasta el Páramo de San Isidro.