TRIBUNA
¿Tiene futuro el comercio?
Kodak y Olivetti fueron dos marcas punteras en, respectivamente, carretes de fotos y máquinas de escribir, productos que ya nadie usa, lo cual no significa que se hayan dejado de realizar esas actividades. Todo lo contrario, lo que ha cambiado es la manera. Lo mismo puede aplicarse a las tiendas de discos o agencias de viaje y nunca se ha escuchado tanta música o viajado como ahora. Hay infinidad de ejemplos de sectores que han sufrido cambios estructurales y el del comercio, que goza de mayor salud que nunca, se manifiesta cada vez menos de forma física y más digital. Unos datos nos acercarán a la realidad. En el año 2023 se ha acelerado drásticamente el cierre de negocios, 35 mil en toda España, de los cuales 6 mil en Madrid, 300 en León. Esta tendencia seguirá en el futuro si tenemos en cuenta que la mitad de los consumidores compra online en algún momento, porcentaje que sube al 85% entre los estudiantes de los cuales el 58% paga con aplicación telefónica, cifras similares al resto de países de nuestro entorno. El comercio electrónico supone en España el 10% del total, porcentaje que sube al 23% para los menores de 35 años.
Esta contexto afecta no sólo al pequeño comercio, sino también a otros formatos. Existen modelos que están quedando desfasados globalmente, como los grandes almacenes. Sonado es el deterioro de la americana Macy´s, el cierre de Lafayette en Berlín este verano o la quiebra de Debenhams o BHS en el Reino Unido, que han llevado a otros como John Lewis o House of Fraser a una drástica reducción de la superficie de ventas. Sin embargo Harrods sigue mejor que nunca, pero como dicen los ingleses «it´s another animal», ya que vende otra cosa, exclusividad y cada vez más gastronomía. En España, El Corte Inglés perdió 2.945 mn de Euros en 2020. Las ventas han descendido un 10% entre 2007 y 2023, más grave si tenemos en cuenta que la inflación acumulada en estos 16 años es del 36,7%. La alimentación, que engloba también restauración y gourmet está en máximos históricos, suponiendo 1 de cada 5 Euros de ingreso del grupo, lo que indica que el resto de secciones se han desplomado. Para hacerse una idea y tomado con las debidas precauciones, la venta de una parte de la participación que ostenta el jeque Al Thani, quien tuvo que socorrer a la empresa hace unos años, valoraba el conjunto en 7 mil mn de Euros, menos de la mitad de lo que se estimaría podrían capitalizar los supermercados Mercadona, empresa que duplica en ventas al conjunto de los departamentos de El Corte Inglés. Por ello están actualmente en una fase de reconversión que debería haber empezado mucho antes, consistente en:
—Posicionarse en un segmento más alto: como se denota en Madrid en Nuevos Ministerios, lleno del nuevo pudiente público latinoamericano o de turistas en Callao, gracias a abrir los domingos. La compra de los prestigiosos supermercados Sánchez Romero o la reforzada oferta de restauración en el Club del Gourmet se enmarca en este giro, el cual no tendría sentido hacer en León, al carecer de un mínimo de potenciales clientes.
—Cierre de 25 establecimientos: sólo en Madrid capital La Vaguada, Arapiles, Serrano o Méndez Alvaro. Téngase en cuenta que estamos hablando de la ciudad más dinámica de España. Imagínense por un momento qué podría pasar en León si después de las varias reducciones de personal sufridas alguien estuviese interesado en el inmueble de un centro que ya nació sobredimensionado.
—Evolucionar hacia un marketplace digital: Cuentan desde hace días con un nuevo CEO, el argentino Gastón Bottazzini, quien intentó lo mismo en Falabella, oponiendose los accionistas. Hoy el grupo chileno cotiza en Bolsa a un quinto del valor de 2018.
Curiosamente, contrario a lo que está pasando en Estados Unidos, el subsector de centros comerciales está resultando atractivo para inversores extranjeros al incrementar sus datos operativos de ventas y afluencia sobre todo quien tiene ocio y restauración, lo que lleva a que haya 8 más en proyecto. Hasta Mayo se han realizado operaciones por valor de 800mn, destacando los 240mn de Islazul (Madrid) o los 170mn de La Salera (Castellón). El mes pasado la húngara Indotek ha comprado Espacio León a Blackstone por 45mn.
Mención aparte merece el sector textil, ya que se han cerrado desde 2020 el 30% de las tiendas de ropa en España, 18 mil establecimientos. El grupo Inditex factura en este decreciente sector a escala nacional un 20% más que hace 5 años con un 27% menos de tiendas. El 25% se realiza online, frente al 16% de media del sector, todavía muy por debajo del 33% del Reino Unido o del 34% de Alemania. El grupo, que dedica todos los años más de mil mn de Euros a digitalización va a lanzar Zara Streaming, después de haberlo testado con enorme éxito en China. Se trata de retransmisiones online en las que el cliente puede hacer preguntas en directo y adquirir los artículos mostrados con un solo clic, presentando colecciones o prendas como si fuese una pasarela para que el consumidor compre los productos que está viendo o los deje en el carrito digital para cuando termine la emisión. Esta novedad, llamada «live shopping» o venta en directo, que ya es utilizada por Ikea o Carrefour para vinos, llegará no tardando a España
Siempre existirán comercios que debido a múltiples factores como especialización, asesoramiento, proximidad o localización perduren, pero el cierre de más establecimientos es inevitable, las costumbres han ido cambiando y el cliente ya no está a la vuelta de la esquina, sino en cualquier sitio gozando de alternativas a cualquier hora. La competencia ya no es solo Amazon, Shein, Zalando o Temu, alguna de las cuales incluso ha abierto alguna tienda física. La omnicanalidad está haciendo que incluso pequeños negocios de provincias se estén aprovechando de los adelantos tecnológicos para complementar la venta física y se hayan apuntando al «phygical» o venta híbrida, ejemplos de los cuales hay en esta ciudad con notable éxito. No se trata de tener una web sin más, sino que tiene que ser atractiva y dinámica. Como ejemplo de lo que nunca se debería hacer recomiendo visitar la web de turismo de la Diputación de León, cuya imagen y contenido erróneo únicamente en español y sin actualizar, más bien invita a no venir a la provincia. Puede citarse también la página productosleoneses.com de la misma institución, cuya última entrada de noticias o blog es de ¡marzo de 2023!, que al igual que la que se desarrolló para el Ayuntamiento (elmarketdeleon.com) es un total fracaso o eso se supone ya que no han tenido a bien dar ni un solo dato de lo que han hecho con el dinero del contribuyente en este pomposomanente llamado «Amazon» provincial. Estas webs colectivas no suelen funcionar, observen compraensoria.com. FecSoria, el promotor da los siguientes datos: 97.7% de los pedidos de la plataforma son de fuera de la provincia, ventas de 140 mil Euros desde junio de 2020, la práctica totalidad en productos de alimentación, es decir menos de 100 Euros al día. En 2023, 381 pedidos, uno al día y ventas de 18.515 Euros, 50 Euros al día, que bajan a 20 en lo que llevamos de año a pesar de la gratuidad del envío. Coste anual de mantenimiento 70 mil. No hay más que decir.
La ciudad de León ha estado acostumbrada a tener en el pasado una buena oferta comercial con un comprador cautivo proveniente de otras poblaciones de la provincia, especialmente en fin de semana. Este tipo de cliente desaparece al contar con 150 mil habitantes menos que en 1960, momento a partir del cual empieza el declive demográfico, acentuado con el menor nivel adquisitivo debido al cierre de la minería. Quizá sea esta la principal razón diferencial del cierre de numerosos establecimientos, así como el fin de los arrendamientos antiguos y las jubilaciones sin relevo generacional. Por otra parte, si bien ha aumentado el turismo, hecho no exclusivo nuestro sino de toda España, no parece que sean visitantes de compras. No de otra manera se entendería, ya que en los 4 días de mayor afluencia de Semana Santa, con los hoteles llenos, las tiendas sólo están abiertas 4 horas, la mañana del sábado, incluido el Mercado del Conde Luna, cuando ya empieza a ser habitual en otros sitios la apertura de estas plazas tardes de sábado y mañanas de domingo, cerrando los lunes. Ya saben, manías de los turistas que compran cuando están, especialmente los citados días, mientras a los residentes les da igual otro día de diario.
El comercio físico es fundamental para vertebrar una ciudad y como ha quedado expuesto no todos van sobrevivir, contribuyendo negativamente la asfixiante presión normativa a la que están sometidos, especialmente en los últimos años, con una sobrerregulación de cargas burocráticas y sociales obviando que el 98% de las empresas son Pymes. Los fondos europeos financian la adaptación digital para generar mayor tráfico, pero no debe descuidarse la física. En ese sentido, puede jugar un papel la administración local preocupándose de la formación y ayuda para que sea estéticamente más atractiva la oferta, en vez de gastar el dinero en fomentar la demanda indiscriminada de productos que no son de primera necesidad con la subvención del 25% a través de bonos de consumo y que incluye hasta consumiciones en los bares. También deberían agilizarse procesos e incluso fiscalmente el establecimiento de actividades en los locales que se quedan vacíos y que antes se realizaban en pisos. El uso de viviendas a pie de calle puede funcionar en Madrid, donde hay una enorme demanda, pero aquí sería marginal. Ello enmarcaría a los establecimientos en un contexto más amable. Y desde luego hacerse ver que el reciente urbanismo, de más que discutible estética, ha procedido a peatonalizar sin alternativas para aparcar, agravado por las plazas ocupadas por quinto año consecutivo por, en muchos casos bochornosas terrazas de bares, además de permitirles utilizar la calle como trastero.