Medallas desiguales
En eso de que las cosas cambian, siempre queda la duda de si sólo es cuestión de embalajes y etiquetados. A lo que ‘toda la vida’ se le llamó regímenes bananeros ahora hay que calificarlos, según parece, de bolivarianos. Se usan como ejemplo de un caciquismo que, pese a quien pese entre los que reniegan de la herencia hispana en América, les llegó junto a tantas cosas desde una patria española que siempre ha tenido pendiente el desterrar de una vez por todas lo de «no sabe con quién está hablando» y el «pásate por mi despacho o llámame y miramos lo de tu sobrino».
La sucesión de episodios en torno a las oposiciones de acceso al trabajo público se merecía un poco más de atención, quizá incluso de los tribunales de Justicia. Este pasado fin de semana se suspendieron las de Televisión Española, ya que antes de entrar en las aulas, entre los aspirantes a informadores corrían las preguntas, según dicen, derivadas de una filtración de origen sindical. Ese mismo día, miles y miles de aspirantes a guardias civiles veían también cómo el proceso tenía que ser paralizado por un problema con las cajas de exámenes. Se podría pensar que es algo puntual. Pero los escándalos en administraciones locales se suceden a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Aquí en León, detrás del magnicidio más afamado había algo de esto, de negativa a facilitar una vía rápida para colarse en la Diputación. Una institución en la que tampoco han faltado casos sonados. Como en el Ayuntamiento de la capital, que con su oposición conocida popularmente como del ‘10’ no está para sacar pecho.
Precisamente en ese pecho lucirá próximamente una medalla el polémico intendente de la Policía Local. Un cargo al que la Justicia sacó los colores al conocerse que, tras suspender, tuvo que ser convocada una repesca del tribunal con el fin de ‘sacarle a flote’. Más allá de las presunciones consabidas parece poco edificante que se le dé una medalla, cuando puede ser que el Tribunal Supremo lo envíe a casa más pronto que tarde. Todo ello tras el singular episodio de intentar blindarlo como ‘superintendente’ al más puro estilo de la TIA de Mortadelo.
La verdadera heroína de la policía leonesa no recibirá medalla. Su historia protagonizó esta semana las ‘Historias de Superación’ del Diario. Esther, junto a sus hijos, mima cada día a Gaby, un agente atado por la discapacidad tras ser generoso en exceso al defender a la ciudadanía.