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Canto Rodado

Nevenka empoderada

Nevenka Fernández ha pasado de superviviente a mujer empoderada. Su determinación y la empatía de las pantallas alientan su resurgir de las cenizas del dolor

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Una amiga berciana me decía que sus ciclos vitales cambian cada cinco años. El tiempo es un decantador de emociones, hábitos e incluso pensamientos en lo personal y también en lo colectivo. Nevenka Fernández reapareció de entre las telarañas de la olvidadiza memoria oficial hace casi un lustro. Fue la periodista Ana Pastor quien movió los hilos para que la exconcejala de Ponferrada, la primera mujer que denunció a un político por acoso y logró una condena, saliera en pantalla y relatara el calvario por el que pasó veinte años atrás. El caso Ismael, el aún aclamado exalcalde de Ponferrada, quedó archivado en las hemerotecas y en la hipocresía de la política, mientras la víctima vivía lejos de su ciudad y no podía pasear por sus calles sin ansiedad. Cuando Ana Pastor me llamó en los primeros días de 2020 para que participara en el documental Nevenka, me acechó el síndrome de la impostora. Pero acepté. Era una oportunidad para dar perspectiva de género y contexto, a menudo ausentes del periodismo y de la vida.

Conocí a Ismael Álvarez como líder de la oposición antes de dejar El Bierzo. Nadie se imaginaba el personaje en el que se iba a convertir tras dieciséis años de celsismo. La ciudad rompía sus costuras con el crecimiento urbanístico tras la recalificación y venta de los terrenos que Ponferrada había casi regalado a la MSP para el fallido sueño de Lazúrtegui, una Vizcaya del Bierzo, con altos hornos que cerraban el círculo del carbón.

En los 90, Ponferrada fue el paradigma de la España de los nuevos ricos, absorbida por la burbuja inmobiliaria. Ismael Álvarez, un empresario de la noche, se subió a la ola con el PP y se emborrachó de la erótica del poder hasta que Nevenka Fernández le paró los pies, ya rota como persona y con su carrera política truncada.

Ismael Álvarez resurgía de las impostadas cenizas en las elecciones de 2011 y el hoy ministro Óscar López bendijo un pacto del PSOE ponferradino con sus siglas políticas la excusa de sacarle de la política. Hubo feministas socialistas de pro que se agazaparon en el aparato. No Carme Chacón.

Nevenka se estrenó en Netflix en 2021. Vi a una mujer superviviente, valiente y con el coraje intacto en dos décadas. Pero tan destrozada como en aquella sala del Hotel Temple. Tras la película Soy Nevenka, de Itziar Bollaín, Nevenka Fernández ha reaparecido como una mujer nueva, con la esencia de aquella joven de 26 años que dijo basta. 

¿Habría sido posible recomponer la figura de Nevenka Fernández sin un documental y una película que apelan a la sociedad?

«Vivo como quería vivir», confesó a Angels Barceló en Hoy por Hoy-SER. Cita un libro, El acoso moral, de M. F. Hirogoyen, que abrió los ojos a mi amiga en aquellos tiempos. Coincidencias bercianass. Nevenka ha pasado de superviviente a mujer empoderada. Su determinación, el trabajo emocional, la familia, el tiempo y la empatía de las pantallas, que contagian a la sociedad, alientan su resurgir de las cenizas, aún ardientes, del dolor.