Feve, el descarrile permanente
La argucia del último despropósito pergeñado por el alcalde de León y el ministro de Transportes es una traviesa más colocada con desatino en el desgraciado destino del tren de Feve en León. Intolerable, como demostraron ayer los vecinos de Cistierna en la parte que les toca, como tendrán que hacer los leoneses si de verdad se quiere conseguir una infraestructura cuyo devenir en el último cuarto de siglo es una antología de la torpeza, la ineptitud y, sobre todo, la dejadez de cuantos políticos de todo signo han pasado por las administraciones implicadas. Pocos ejemplos habrá de tamaña sucesión de ocurrencias incapaces de concretarse en una solución que, por más vueltas que se le dé, es sencilla. El tren llegaba al centro de León, se ha invertido en que así sea, y no existe justificación para el absurdo de que el viaje se aborte en La Asunción. Ni pierda servicios.