Más música
S iempre se dijo que la música amansa a las fieras, pero a menudo logra justo lo contrario, las excita, las enerva... y enfurecen, algo que hoy se lleva mucho, sólo hay que asomarse a una disco con abuso de fogonazos, destellos y decibelios rompetímpanos. Son músicas trepidantes, hijas del mamporro y del ¡déjate aturdir!
« El más bello de los ruidos » (eso era la música para Napoleón) a veces no es bálsamo ni amansa. Oído al parche, escuchad algumos himnos o cualquier marcha militar, música guerrera que sólo busca acelerar el pulso cardiaco a fuerza de latidos de timbal ordenando marcar el paso y sacar de la boca voces como bayonetas. Por el contrario, siempre hubo (y los habrá) sonidos de templar el alma, dulcificarla, baladas que invocan ternura, aires de armonías geométricas o melodiosas escaleras de Bach para subir a las nubes donde angelotes avergonzados dejan de tocar su lira ensimismados con su «Jesu, bleibet meine freude» que sale de un órgano de catedral haciéndose caleidoscopio sus notas al traspasar vidrieras... y porque de serlo, Dios sólo sería música.
¿Y quién enseña a los hijos de este tiempo ruidoso esa música, ese templar, esa belleza?... ¿por qué no es obligatoria la música ya desde preescolar o tocar algún instrumento, aunque sólo sea la voz de cada cual para concordarla en dúos, ochotes o coros?... ¿quién les educa la oreja a estos chavales?, ¿quizá el mismo que les educa la boca enseñándoles a comer mierda y procesados?... Y sin embargo, siempre habrá una música para cada emoción o momento, una música como el lenguaje universal que es, el único que se debe hablar al acabarse las palabras con las que bordamos la ira o el desacuerdo. ¿Qué pasaría si al fin de cada sesión parlamentaria se obligara a los diputados a guardar tres minutos de pensar escuchando a Haendel, Ravi Shankar, Chopin o Brassens?... callados, sin risitas ni murmullos, ¡orden en la cámara!, mirándose adentro (del otro)... o preguntándose cual sería mejor regalo para un ahijado o una sobrina, ¿una armónica o un patinete, un piano digital o un videojuego?...