Cordones umbilicales
Todos sabemos qué es y para qué sirve el cordón umbilical. Quizá sea, además, el elemento que tenga la mayor fuerza para expresar el sentido de la unión, y, como tal, de la dependencia. Con otros matices, pero sin desoír el significado primigenio y auténtico, se ha asociado, aunque metafóricamente, a otros momentos y situaciones, con distintos grados de unión o dependencia, menos natural y biológicamente auténtica, por supuesto, incluso en los límites, a veces sobrepasados, de los eufemismos.
Con frecuencia los eufemismos nos invaden, que es una forma a veces de no decir nada o, en todo caso, de enrevesar las cosas. Las circunstancias me han puesto recientemente ante situaciones de estas características con el cordón umbilical como protagonista indirecto, que se acerca más al eufemismo que a la realidad.
Ante la ya larga ausencia de las anotaciones bancarias que permitan conocer los conceptos de los descuentos -los escasos ingresos se controlan con mayor facilidad-, me personé una mañana en el banco para hacer esta observación. El banco -me dijo un empleado, que repetía la lección bien aprendida, como si de un argumentario llegado a sus ordenadores se tratara- tiene un verdadero cordón umbilical que lo une a la naturaleza y al respeto por los árboles. Eliminar el papel es un buen ejemplo. Y se quedó tan pancho. Oiga, le dije, ¿desde cuándo les ha entrado este amor tan apasionado por la conservación de los bosques y su entorno? Es una política que nuestra entidad tiene en su agenda de responsabilidades y actuaciones. Seguramente que la actitud es real, pero en los ultimísimos tiempos. ¿No será -pregunté con muchísima ingenuidad- que el ahorro de costes produce mayores beneficios? Las anotaciones siguen sin llegar. Al parecer, por una buena causa.
La siguiente anotación nos ha llegado a todos, con la vinculación metafórica del cordón umbilical que une recientemente el tapón con su botella de plástico. Parece ser que el proceso del reciclado es más sencillo si llegan unidos, con la consiguiente reducción de la contaminación. Parece una buena idea, si es que no se tiran ambos en cualquier lugar, que este es uno de los grandes problemas, nuestra propia responsabilidad. La colectiva debe atacar soluciones de mayor envergadura y problemática más seria y menos contaminante. Lo que ocurre es que los grandes intereses no tienen cordones umbilicales. Este parece una simple anécdota.