La Humanidad es una
Le remito un correo electrónico a Ruth Fine, presidenta de la Asociación de Cervantistas, para comunicarle que acabo de concluir un ensayo cervantino y que cuando salga publicado uno de los primeros ejemplares será para ella. No es protocolo, el cervantismo tiene algo de isla Camelot. Esta filóloga hebrea nació en Argentina y vive en Israel, donde es catedrática en la Universidad de Jerusalén, además de dirigir el departamento de estudios españoles y latinoamericanos. El castellano es idioma sin fronteras; pero los seres humanos nacemos sabiendo reír y llorar en todas las lenguas de la tierra. Fine es autora de textos de obligada consulta académica. En 2008, su campus y ella misma hicieron de anfitriones en el importante congreso Cervantes y las religiones , celebrado en Israel. Y en Córdoba, presentó en 2019 una importante ponencia Presencia y desarrollo del judeo español en el marco del hispanismo en Israel . Hace días, leí en El Español esta importante afirmación suya: «Creo en la solución de los dos Estados, pero el 7-O la hizo retroceder». En mis correos nunca le hago preguntas sobre la guerra, le transmito mi afecto y le cuento de mí. Pienso también mucho en Oliver, hijo de leonés y de palestina, que crece en Jerusalén. Cuando visualizas rostros, ya no puedes hacer abstracciones. Qué enriquecedor que en nuestras aulas convivan niños de diversas razas y religiones. Convivir es más que estar juntos; sin amor, no hay paz sino tensa espera.
Mañana cumplo 66 años. Todavía tengo pelo y aún no arrastro los pies, pero si un hombre lobo me abordase en plena calle no creo que ya corra más que él. Uf. Por cierto, estuve en la Feria del Libro Viejo, pero esto será otra columna.
Fine es hebrea que hubiese querido ser sefardita, según declaró a la revista Nuestro Tiempo, con motivo de su doctorado honoris por la Universidad de Navarra, en 2019; tiene también raíces rusas y ha estudiado en profundidad a Unamuno y a Borges. “La humanidad es una. Podemos encontrar mucho más en común de lo que tenemos diferente”, declaraba aquel año. Un abrazo, presidenta. Tengamos fe. ¿No es conmovedor que entre los pocos pasajes en los que Cervantes no bromea en el Quijote esté el del joven que quiere alistarse?