Diario de León

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De sueño húmedo de la militancia a renuncia racional por parte de la dirección del PP. Este es el recorrido que descarta una hipotética moción de censura que estaría más que justificada dada la trayectoria política mendaz de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. Sobran las razones pero no alcanzan los números. El Partido Popular es el partido más numeroso en el Congreso pero la aritmética parlamentaria es la que es y en el trance de hacer frente a una moción de censura a los populares no le saldrían las cuentas. El mecanismo constitucional que regula este tipo de iniciativas establece que la moción debe ser constructiva y no es suficiente con tumbar a quien se pretende desalojar hay que presentar una alternativa que debe conseguir el respaldo mayoritario de la Cámara. Y en el panorama actual de la política española, al PP no le bastaría con el apoyo de Vox, UPN y algún diputado canario. Necesitaría algunos votos más. En las última horas se viene especulando con lo que llegado el caso podría hacer Junts, el partido de Puigdemont. La presidenta de este grupo, Laura Borràs, en unas declaraciones deliberadamente confusas alimentó la especie de un posible cambio de estrategia de este partido pero ha rectificado diciendo que ellos no dan votos a cambio de nada y es sabido que en ningún caso nada podría comprometer Núñez Feijóo en línea con las conocidas exigencias del prófugo de Waterloo.

En la fragmentada composición del Congreso el PSOE solo tiene ciento veinte diputados pero cuenta con el apoyo de la constelación de los partidos minoritarios. Es la fuerza del combinado Frankenstein. Alianza que llegado el caso, ante una hipotética moción de censura, volvería a ser resucitada pero en este caso para impedir la caída de Pedro Sánchez. En otro país, a la vista de la parálisis de los Presupuestos y de los casos de corrupción, el propio presidente del Gobierno habría dado por imposible la legislatura y habría optado por convocar elecciones. Pero, no nos engañemos, nadie espera eso del Sánchez que se ufana de tener mil días por delante.

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